lunes, febrero 02, 2009

Una bruja

Leo a Isak Dinesen, sus últimos cuentos, después de haber leído la entrevista con ella en The Paris Review. Son cuentos que forman un conjunto articulado, como en la primera sección, siete de ellos. Son historias a las que se añade siempre otra historia, que están ambientados en Roma o Nápoles y que se deslizan a ras de tierra, aunque los textos bíblicos siempre están presentes. Luego hay dos que se añaden a su colección de cuentos góticos, en donde el elemento fantástico está más presente. Y ahora voy por Un cuento rural, el primero de los nuevos cuentos de invierno. De nuevo el enredo familiar, de nuevo un personaje un tanto diabólico... Y es que las mujeres en Dinesen aparecen como ella misma, mujeres aventureras, mujeres que se mueve en el lado salvaje de la existencia (el mejor ejemplo es la cantante sin voz de Ecos, tal vez el que más me ha gustado hasta el momento). Como bien insiste el entrevistador, hay siempre la tentación en el lector de querer extraer de ellos algo más, porque ella lo propicia, con esas referencias bíblicas todo el tiempo; pero ella insiste más aún: no hay un más allá del texto, todo está allí contenido. Y sin embargo, uno siempre se queda pensando: ¿qué me ha querido decir con esto, por qué Dimas, por qué ese viejo que cuenta monedas, por qué esas historias de Lone, la que dice que cambió a los niños en la cuna?

Una pena: ahora todos hablan de Poe, pero poca gente se acuerda de esta gran cuentista, tal vez la mejor del siglo XX.

Etiquetas: