martes, marzo 17, 2009

Domingo :: Impotencia

Apenas voy por la curva me encuentro una cajita, veo que dice Viagra, luego voy por la carretera y me encuentro otra cajita y dice Cialis, la cojo, leo el prospecto y veo que es para lo mismo, son cuatro pastillas, estas cosas vienen en pequeña cantidad, luego sigo mi camino hasta llegar al rastro y allí me encuentro con una chica de unos veinte años quue lleva el pelo pintado de extraño color, es la chica del pelo raro que decía el novelista que se mató, y miro su cuerpo y compruebo que está muy bien, pero que muy bien, va con un macarra, ella lleva unos zapatones con mucho tacón, lo cual es una buena manera de lucir el culo y las piernas, y luego veo a Rosa que está con otro tío, más alto que ella, y ella no es bajita que digamos, va con un vaquero blanco también muy ceñido, aunque ella no me sorprende ya, está más vista... Y luego veo a una inglesa puta con un perro enorme que dice que es mastín español o vete a saber, pero el perro ocupa mucho sitio en la estrecha calle, y hablo con un tío que vende videojuegos, y me gustan dos, El Padrino y otro que resulta que es una saga, porque hay dos allí, Imperivm Civitas, luego leo más en casa, pero al final me compro Kamchatka, y no está el tío cuando voy por segunda vez sino su mujer, que es una chica inglesa muy fina, ahora entiendo por qué me dijo antes él que se lo compró en Londres, el padrino, y se le perdió la caja. Y cuando ya me voy tengo ganas de quedarme, y ver más gente, pero estoy cansado y al final siento que he traicionado a los vinilos con los videojuegos, que he dejado una maravillosa grabación de la 40 y la 41 de Mozart por Bruno Walter y su orquesta la Columbia, y más cosas requeteclásicas, pero es una pena, sí, que ahora quiera jugar, y de forma tonta quiero un Mac, con esos ordenadores no se puede jugar en tres dimensiones, niño, hay que conformarse con los Sims y esas pijaditas, pero claro, todo el mundo Mac es pijo, vete a Serrano, niño. Y escucho más a Richard Galliano, y sé que la vida se me escapa como el agua entre las manos, y no se vuelve al lugar dichoso, y soy ese niño encerrado con un solo juguete, los perros me muerden, hay un vino dulce Real Tesoro PX, al menos eso me hace sentir bien, con este New York Tango.

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