miércoles, diciembre 16, 2009

De vuelta



--Pasa Chema, me estaba haciendo un té...
--Cuánto tiempo, tío, pensé que te habías cambiado de ciudad o vete a saber...
--Umm, bueno..., digamos que estuve fuera un tiempo..., estuve en Chile y tal vez en Rusia..., ya ni me acuerdo...
--¿En Chile? ¡pero qué me dices!
--Sí..., siéntate hombre, no me gusta ver a la gente de pie..., pues eso, que estuve en Chile..., hay una mujer que me gusta mucho, ¿sabes?
--Una mujer...
--Se llama Alejandra..., sí. Bueno, digamos que ya no estamos juntos..., si es que alguna vez lo hemos estado..., pero de todas formas, sigo pillado por ella, o con ella, como quieras decirlo...
--Ya..., vale..., ¿y dónde la conociste, si puede saberse?
--¡Qué pregunta, Manolo! pues dónde la voy a conocer..., donde se conoce a la gente ahora. Ya sabes que no salgo apenas, tengo una cierta fobia social, ya sabes..., la gente y ese ambiente de pub-un-domingo-por-la-tarde me da vértigo, me hace sudar..., no sé si me entiendes...
--O sea, que es un amor virtual, solamente...
--Llámalo como quieras, tío, la cosa es que produce los mismos efectos, que es lo que importa a fin de cuentas. Quieres el té, ¿verdad? no tengo café, lo siento...
--Ponme una cerveza, si no te importa, a mí es que el té...
--Sí, vamos, que te parece una mariconada..., no hace falta que me mires con esa cara.
Risotada del menda en pleno salón. En el reproductor de CD, por si no se ha dicho, está sonando desde hace un rato Otomo Yoshihide's New Jazz Orchestra Plays Eric Dolphy's Out to Lunch. Cuando suena el tema Gazzelloni Chema parece saltar del asiento del mullido sofá de Natuzzi, como si le hubiera dado un calambre súbito.
--¡Dios, qué es eso, tío! pensé que te gustaba Haydn y Beethoven y Alban Berg, esa música clásica de los cojones, pero ahora resulta que te gusta el trash metal, buaaaa, tío, te noto cambiado..., no sé...
--A la mierda la música clásica. Eso es cosa del pasado. Ahora me gusta el jazz nórdico y el japonés. Cosas estridentes que me relajan.
--¿Que te relajan? Tú estás un poco tocao, perdona que te diga...
--Tengo Steinburg y San Miguel, ¿cuál prefieres?
--San Miguel, por favor, esa cagada del Mercadona déjala para los alemanes de la plaza...
Le doy una lata de medio litro de la cerveza de marras y vuelve a saltar del asiento: Out to lunch no parece ser de su agrado. Temo que me manche el preciado sofá, así que voy a por un vaso adecuado y le vuelco la birra, porque Chema es un poco maleducado en esas cosas.
--¿Y a esto lo llamas jazz, tío? yo pensé que escuchabas cosas clásicas, si te estás iniciando en el género, tío..., siempre eres igual, siempre empiezas la casa por el tejado...
(...)
--¿Qué?
--Te digo, si te tranquilizas un poco, que a ella también la estoy iniciando en el jazz.
--¡Dios, no me asustes! Espero que no la tortures con estas cosas...
Eructo que tiende a competir con la música grabada.
--No, ella es muy inteligente y escucha sólo cosas como Brad Mehldau o Fausto Romitelli..., le encanta Fausto, ¿a que resulta increíble?
--Bueno, si se junta contigo... nada es increíble..., todo tiene una explicación...
--Bueno, ¿y vas a seguir con ese tono todo el tiempo?, pensé que te gustaba verme después de tanto tiempo.
--Es que..., no sé..., te noto tan cambiado..., ufff, tío, qué rayante es eso. "Eso" es Straight up and down -- Will be back, el último tema, que pasa de los 27', y que no se puede negar que es un tema largo y rayante, como dice Chema: en algún momento a mí también me pitan los oídos... Pero me alegra, me produce un extraño placer, que él no se sienta a gusto, que tenga ese malestar de las visitas..., a fin de cuentas yo no lo llamé, y mi plan original, de estar tranquilo en casa un día de lluvia, se ha venido abajo.
--He cambiado..., y sigo siendo el mismo..., no sé si me entiendes. Esta mujer, y todo lo que hemos intercambiado..., me ha producido un placer inmenso y ha cambiado algo en mí..., pero no me pidas que te diga el qué... es la mujer más especial que he conocido, en mucho, muchísimo tiempo. Me parece frívola a veces, pero eso es también parte de su encanto...
--O sea, que estás encoñado con ella.
--No seas vulgar..., ahora no te lo permito..., y si vas a seguir con ese tono, te pido que te acabes la cerveza y mejor hablamos otro día.
--Pero..., no te entiendo, Juan Antonio...
--Sabes a lo que me refiero. No es una cualquiera para que digas eso de "estar encoñado". Uno se encoña con tías de Cádiz, con mujeres que conoce en la feria o en una discoteca, pero nunca con alguien como Ale. Ella es mucho más que un bello cuerpo, una cara hermosa. Ella no sólo es guapi, ella es...
--Sí, vamos, la Reina de África...
--Chema, nos vemos otro día.
Se levanta, con el vaso en la mano (temo por el sofá, aún). Cojo la lata y la arrojo al cubo de la basura, cojo el vaso y lo llevo al fregadero, me dirijo hacia la puerta, la música está acabando y es muy sutil ahora, un silbido, un zumbido..., el amor después de las dos de la mañana, cuando estás fuera del cuerpo y ves que otro cuerpo brilla también en la oscuridad, y una voz-hilo de alambre te susurra, te acaricia, el alma es mucho mejor que la carne, y Alejandra sale, poco a poco, con su mano de sombra...
Pero Chema, que camina cabizbajo calle abajo, no entenderá nada de esto.

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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Con que has vuelto a escribir, eh?
Me sorprende que no hables de putas, zorras, putas-zorras.Tu cansino tema con ellas.No, ahora habla de un amor virtual.¡Que tio!
¿Acaso en el espacio virtual no existen las putas? o ¿cuanto tiempo tardaras en llamar a esta Alejandra puta? Si eso son las mujeres para ti.Putas-zorras.No hay diferencias al final.Tarde o temprano.Vamos, sorprendeme porfavor de veras.¿qué es lo que no la hace puta a ella?

M.del R.

10:06 p. m.  
Blogger lukas said...

Pues si lo quieres saber, sigue leyendo, porque queda mucho por ser dicho... Es que no te imaginas, M. del R., lo que siento por esta mujer, así que cómo contarte... Pero es verdad que he cambiado, y que ella me ha hecho ver cosas, ella me ha hecho recuperar la confianza en la mujer verdadera, la que es capaz de lo mejor. Qué pena que esté tan lejos...

10:44 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Y si esta lejos ¿como se puede sentir?explicame eso porque me tienes realmente confundida Lukas.Sabia que eras raro pero jamas pense que tanto y además,¡vamos!, tú no eres del tipo que se pesca de cualquier mujer ¿o los años te han vuelto asi de vulnerable?...no, es que hay algo que no me calza ni me cabe en la cabezota ¡¡¡tio!!!que te ha pasado.Para ti no existe este concepto de mujer especial ni mucho menos "lo mejor que me ha pasado".Anda hombre, dime que es.¡Ya sé! una invención tuya.Sí, no puede ser verdad.Esto es para jodernos a las que has osado llamar putas-zorras.El amor virtual no existe tio.Es una ilusión.Si la tia existe, seguro será en tus sueños.Nada más.Y si es verdad, seguro ya tendra un dueño.

8:55 p. m.  
Blogger lukas said...

Pues tengo que decirte que sí, existe, no está en mis malditos sueños... Y el amor virtual, exista o no, provoca los mismos efectos que el dichoso amor "real". Y la tía, como dices, no tiene un dueño, el "dueño" soy yo. Alucina, vecina. Y si quieres saber cómo sigue la historia, no te pierdas el próximo capítulo ;-)

11:21 a. m.  

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