lunes, febrero 26, 2007

¡Al fondo hay sitio!

... suelta Richard Feynman, que no es camarero, por cierto, sino un enemigo acérrimo de Einstein, se aburría con sus ecuaciones que consideraba demasiado simples para él; ¡al fondo hay sitio!, gritó, con su peculiar sentido del humor, y no sabíamos nada de lo que se nos avecinaba, las nanotecnologías del futuro que son ya nuestro presente, de esto justo hablan en Red Babel el sábado por la mañana, lo dijo en 1959, cuando todavía había tiempo para salvar al planeta pero entonces justo empezaba la Era del Derroche, nadie sabía nada del calentamiento global porque los desastres estaban por ocurrir. Y dijo que era posible escribir la Enciclopedia Británica en la cabeza de un alfiler, y se divirtió con la física de las peonzas antes de dar el paso a Los Álamos y allí demostrar in situ la fuerza de sus teorías y más tarde también trató de explicar el desastre del Challenger. Los efectos secundarios o la zona oscura de estas nanociencias no se hacen esperar, las hormigas militares que USA todavía investiga aunque están prohibidas. La investigación en España la lidera una tal doctora Lechuga, que es invitada al programa y aparece en la segunda parte. Es un barco en una botella, dice Silvestre, que tampoco es un gato malo. Lilliput en la era tecnológica. Puedes visitar la Web.

Y luego en los documentos RNE sabemos un poco de la patética historia argentina a través de las andanzas de Eva Perón, la santa del pueblo, la de la justicia social y otras zorrerías que aprendió de Europa, pero ella no era una resentida ni una actriz fracasada y menos una prostituta, ella era evita, la santa. Y para que la cosa sea más patética todavía tengo que escuchar esa música sentimentaloide, el concierto de Aranjuez de Rodrigo, que en buena hora esté, aunque si toca María Esther Guzmán, eso ya es algo. Pero los dos conciertos para violín, el de Bruch y el de Mendelssohn, por Nathan Milstein, ya son algo mejor, hay detalles que encandilan aunque la grabación sea vieja, de 1961.

El domingo es el día del mercadillo, pero antes en la noche volvió a aparecer ella, la argentina, pero con el rostro de otra, la ex de un conocido que pasó a mejor vida, todo es sobre lo que ya no está, tal vez el deseo de volver, pero imposible, sólo el sueño en su parte más profunda se acuerda de estas cosas que uno desearía enterradas para siempre, y hay que bajar un túnel muy estrecho y al fondo hay sitio, para más dolor y más penas y tal vez para la negrura fatal, y mi viejo cantando para espantar sus males y dice la letra que hay que aceptar algún que otro fracaso, a fin de cuentas la vida es lo que tiene; ¿y si volviéramos a estar juntos?, es lo que intentan los personajes de la novela de Hornby, tratar de que las cosas regresen, aunque es un fracaso, siempre lo es cuando juegas con el invisible tiempo, que todo lo corroe. Y Hornby estará en el festival de sevilla sobre música y palabra, él como spoken word, y no sabemos bien qué será, y se podrá escuchar el jueves por Radio 3.

Me acuerdo de Myriam la semana que viene le toca a Cádiz en donde anda la luz, y esta semana fue Teruel, la ciudad sin ambiciones, la humildad del Torico.

Chicas imposibles: Rosa, que no se pierde un mercadillo, la que me invitó a ese trabajo de vender publicidad, pero yo quería otro tipo de invitaciones; la chica morena de la biblioteca; o la mujer madura, se supone que inglesa, piel tostada por los años y las playas paradisíacas, que ví en el mercadillo, primero sentada en una silla de cáñamo, con sus alpargatas de tacón, y la medalla que se le mete entre las tetas abundantes, y luego de pie haciendo como que se interesa por algo y el marido es más viejo y yo tengo que irme con el deseo insatisfecho, ellos dicen que es mejor que algo quede sin realizar...



Y ya por la noche, la(s) historia(s) del cine de Godard, en versión Pierre Eli Mamou, un programa collage, una obra radiofónica en sí mismo. Todo o casi todo lo que quieras saber sobre el cine y el siglo XX (porque ya estamos en otro siglo y el cine tal y como lo conocimos se acabó, está el poscine de Lynch en Inland Empire, por ejemplo): los desastres de la guerra, del hombre, pero también L' espoir de Malraux. Y hay fragmentos sonoros de películas (con diálogos, casi todos en francés) con fragmentos musicales de las bandas sonoras que él eligió, y en español sólo Palabras para Julia de Goytisolo con Paco Ibáñez cantando al poeta que se arrojó al vacío de la existencia. Y es todo muy emotivo, yo quiero pillarme esos DVD y esos libros pero me encuentro en su lugar con la revista Nuevo Estilo que regala en una práctica bolsa de papel unas copas de BOHEMIA pero tienes que pagar más dinero si quieres puedes hay muchas nigerianas en la carretera en La Jonquera en el límite del bien y del mal yo de mayor quiero ser camionero hay un susurro y un sentido yo quiero que la boca sucia del vídeo que encontré en la basura me devuelva mi película La maman et la putain pero será más fácil que venga Dios y lo vea mi madre dice que siempre hay quien vea, y es verdad.

Al principio fue Feynman

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