Una zorra de nuestro tiempo
Estoy sentado, en una de las primeras filas, este pequeño teatro y en el escenario aparecen las actrices, dos mujeres ataviadas con ropas vulgares, coloristas, poco a poco se contonean y van dejando paso a la ropa interior, de furcias, y ellas se ponen muy contentas y yo miro sin mirar, tranquilo y solo, no hay nadie delante ni a mi lado, detrás sí porque escucho ronroneo, hablan de mí tal vez, yo apoyo la cabezacontra el brazo, más aburrido que Rimbaud en la vieja Bruselas. Ahora se desprenden del resto, la ropa interior da paso a las carnes prietas, los pechos orondos de una, luego el sexo es decir el chumino, que casi no se ve hundido entre la carne, la otra está detrás pero es por el estilo. Qué mierda, pienso, y cuando dejan de moverse y se van detrás de la cortina, alguien, ellas mismas, murmuran que yo soy una bollera. Así que salgo corriendo de este lugar y me voy a una tienda de discos, todavía está abierta, se llama Killer's, hay que bajar una escalera muy empinada es el miedo de caerse, allí de repente un chaval bien parecido me saluda de forma informal, me enseña un disco, un vinilo, allí no hay CD's vulgares, de Keith Jarrett, y luego me dice otros nombres como susurrados pero no conozco a ninguno, yo le enseño otro, pero él sigue a lo suyo, y hay que darse prisa van a cerrar, me dice, están apagando las luces y el dueño asoma por la escalera. Es el mismo pero vestido más elegante con chaqueta color camel, como si fuera a una fiesta. No sé ni cómo logro salir, por entre puertas y ventanas que ya están blindadas. Afuera se celebra el día de Navarra, hay alguien que arroja tierra a los que pasan, hay un camino de arena, es el viejo campo, lo que ya no existe más que en sueños. Escucho un disco

uno de los más grandes de la historia del jazz
escucho a Sibelius, la Primera sinfonía por la Orq. de la Radio de Helsinki, O. Kamu,
y la Quinta de Sibelius, por BPO, Karajan
vuelvo al invierno
vuelvo a ver a mi padre en sueños, que me dice con su habitual malhumor
nunca terminas nada

uno de los más grandes de la historia del jazz
escucho a Sibelius, la Primera sinfonía por la Orq. de la Radio de Helsinki, O. Kamu,
y la Quinta de Sibelius, por BPO, Karajan
vuelvo al invierno
vuelvo a ver a mi padre en sueños, que me dice con su habitual malhumor
nunca terminas nada
Etiquetas: Jazz porque sí
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