martes, julio 31, 2007

Pornorrea

maldito ciclismo maldito Contador maldito Pinto
y ahora con los incendios, pues como no hay nada que contar tenemos el escenario de todos los veranos y si lo sé no pongo la radio porque en las mañanas de radio 1 está la pedorra de sábado radio una tal mavi aldana y encima por las noches no es la plaza sino la terraza, con lo que me joden esos sitios, pues aquí hace calor y no quiero salir a la puta calle, prefiero quedarme viendo esa peli porno que encontré al azar en un trastero de alemanes apenas llega al rastro la alemana ve el conjunto de mesa y cuatro sillas para la terraza entonces su marido no lo duda y lo compra son cien euros eso es como calderilla ella lleva una mini y si se agacha un poco para comprobar el estado de la silla se le ve el culo piernas fuertes piernas y culo pornificado

quiero empezar esta nueva libreta de sueños pero la mayoría tiene escenas escabrosas que no me atrevo ni a escribir es la propia vergüenza y el dolor por las pérdidas y luego todo se llena de escenas porno pero es tan aburrido...

la desgracia de las humanidades

veo la casa de Nuria Amat en una revista resulta que está casada con un señor arquitecto así que tiene lo que quiere el mar es privado para los dos y luego todo dentro es puro diseño, pero ella dice que todos somos Kafka anda y que te folle un pez espada

el debate interminable de las humanidades

¿son los intelectuales unos inútiles?, eso parece

lo puedes leer en Revista de Occidente, mes de junio 2007

sigo con Oliver Sacks, él gusta de Luria ese gran hombre de ciencia


La maravillosa ópera de cámara basada en el primer caso del libro


en la facultad de psicología cuando entré no gustaban más que de los conductistas imbéciles y los cognitivistas, que son igual de fariseos

en la facultad supe pronto que la pornografía estaba por todas partes, todas las chicas querían participar en fiestas que en realidad eran orgías en casas privadas y una de ellas era antequerana y tenía pecas y quería seducirme pero me fui porque a uno le robaron de su cazadora un dinero, eran ya todos parejas al término de la fiestorra ¿jugamos a las prendas?

y las putilla bailaba bajo la lluvia allí en los barracones

la psicología de los úteros y los chochos voladores

ay la maría de las ciencias

ay Pilar Varela que dices adiós a la radio pues que te vaya bien adiós con el corazón

y encima con el recochineo de Casablanca

ella y Beatriz Pécker lamiéndose los coños en público

en fin, que como estoy harto de este plan, ya no pongo más la radio, aunque siempre caigo en la tentación, escucho a Mozart, Grieg es un caramelo de fresa pero lo prefiero a las mierdecillas étnicas, siempre nos quedará el jazz de verano parasiempre, Lester Bowie y la odisea del funk y la música popular, es un disco un poco flojo, esas versiones dejan bastante que desear,

los extraños destinos de la mente, la ciencia romántica.

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viernes, julio 27, 2007

Literaterra

Empiezo una nueva carpeta tipo archivador en donde colocar las reseñas de literatura, ya tenía otras y se me llenaron (decidí abrir una sólo para poesía y ensayo, para que no se colapsara la narrativa, pero ni por esas). Y he puesto en la portada una especie de tarjeta en donde aparece una chica Playboy, una conejita, vamos, que va a cuatro patas, muy zalamera. Está en tonos negros y rosa, muy apropiado.

La literatura de ficción, que cada vez frecuento menos, se ha convertido en una especie de pornografía disfrazada, una prostitución por culpa del mercado (también el Tour se ha convertido en una puta drogada, qué pena). Los nuevos autores no quieren innovar, crear mundos, eso era en otro tiempo; ahora lo que quieren es hacerse ricos, como el Grisham.

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martes, julio 24, 2007

Jazz Sensation

Leo en un diario una pequeña reseña del concierto del grupo Atomic en Almuñécar, en su festival de jazz. Es una banda nórdica formada por cinco miembros, y se dice que son bastante vanguardistas. El frío de aquellas latitudes no tiene nada que ver con el calor que desprenden sus composiciones, como se comprueba enseguida al visitar su página web, muy bien diseñada además. Tienen sólo ocho años, pero son toda una sensación. Habrá que seguirles la pista.

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lunes, julio 23, 2007

Pedorras (II)

Yo no sé si Pilar Varela es una frívola que le da a la psicología, o una psicóloga demasiado frívola. El sábado estaba en el debate sobre la ansiedad en No es un día cualquiera de Radio 1 de RNE, en donde había otros dos invitados. Ella empezó a hablar de "ansiedad buena" y "ansiedad mala",

como decir colesterol bueno y colesterol malo,

puta buena y puta mala.

Entonces, Jesús de la Gándara, psiquiatra, le corrigió, le dijo que no estaba de acuerdo con eso, que la ansiedad no era nunca buena, no puede serlo. Pero ella siguió diciéndolo, y casi se puso a cantar eso de

ansiedad de tenerte en mis brazos...

Desde luego, hay que joderse. No hay manera de que en la radio, que se supone que es un excelente remedio contra la ansiedad, se tomen en serio las cosas serias.

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viernes, julio 20, 2007

Hay que exterminar la memoria

¿Para qué se hizo la música del Art Ensemble of Chicago, o la de Cecil Taylor, esa terrible experiencia que te desquicia llamada Nailed?

Art Ensemble of Chicago - Complete Live in Japan '84

¿Para qué existe la música de Morton Feldman?

Para que no puedas recordar nada, para que no haya melodía que te haga regresar al tiempo conocido, la infancia maldita.

La mayoría de los recuerdos son falsos, inventados.

Y sin embargo, la gente cree que todo se guarda allí, como en un trastero en donde de vez en cuando puedes hurgar, aunque el polvo y la humedad lo llenen todo.

Abro una revista, cualquier revista, MAN por ejemplo, Karina la mujer más guapa del mundo, maldito Brasil de mierda, todo es pornografía, chicas bien afeitadas chicas que se ofrecen, se ofrecen por dinero negocian contratos duramente, Gisele tú sí que sabes vender el cuerpo.

¿Para qué la música de Händel, por ejemplos sus suites para teclado en versión de Keith Jarrett?

Para que te olvides del maldito verano, aunque sude a tu lado como una mala puta.

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jueves, julio 19, 2007

Las mujeres no son humanas

Para llegar tan lejos como Annexia, hace falta volver la vista atrás, coger el arma, saber que existirá el perdón y que no se acabará el universo. Pero es imposible, es el Reino del Mugwump.

Corta y pega, el Doctor Benway se las sabe todas, empuña el látigo, hay una perversión de máquinas de escribir-insectos, hay escarabajos y ciempiés por todas partes.

Hace falta exterminar el pensamiento racional.

La homosexualidad en el contrato, un coche tan maravilloso hacia la villa del valle.

Veo un barco, REDUAN FERRY, Beni Sidel Tánger, allá en Interzona los puntos calientes

la Carne Negra

los misterios de la nueva carne, que se viste de Cosa.

Para existir hasta este nivel de Guillermo Tell, hay que drogarse con insecticida

derivar en insecto, sentir el frío en una playa llena de mugre y la basura de noche en las cunetas, las mujeres que manejan los extremos, los adminículos del placer los culos que hablan ¡qué parlamento!

Las mujeres que chupan y chupan y no se cansan

Son como insectos,

de otra especie.

El almuerzo desnudo

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miércoles, julio 18, 2007

El oscuro continente

El sueño de África. En busca de los mitos blancos del continente negro (Javier Reverte, Anaya & Mario Muchnick, 1996) se adentra por un nuevo territorio de leyenda (el anterior era el corazón de los mitos griegos, aunque posterior en el tiempo), ése explorado por gente como Speke, Stanley o Livingstone, gente intrépida, racista, buscadora de fama ante todo. Toda una aventura, descubrir las fuentes del Nilo, llegar a vislumbrar las misteriosas montañas de la Luna, internarse por fin en ese corazón africano que ruge y finalmente muere sin remisión.

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lunes, julio 16, 2007

Melancolía asquerosa

Escucho Monk Suite por el Kronos Quartet, un cuarteto al que nunca he podido escuchar en vivo, y eso que una vez estuvieron cerca, en Sevilla, en el Teatro Central; esta música reinterpretada se convierte en un recuerdo, 1993 era el año o eso me parece en el borroso recuerdo, yo escuchaba porque acababa de descubrirlo, The Juliet Letters de Elvis Costello por el Brodsky Quartet, y años después pude escucharlo en vivo, en el Teatro Cervantes, pero ya no era lo mismo, no estaba enamorado y no había ese mood del maldito verano del 93, cuando era tan joven y tenía tanta angustia por su ausencia.

Y luego es el kitsch de Paco Clavel, y la sinfonía nº 40, Mozart drogado, y entonces me acuerdo de una aspirante a cineasta, de Granada, que me ofrece una pastillita, un cuartillo dice, se lo quiere tomar conmigo, con un completo desconocido, siempre confié en la bondad de los desconocidos, hay un no sé qué que se halla por ventura, pero no esta noche, es la Feria, es la noche y no pasa nada.

Marlon Brando cantando, el último tango, no habrá fiestas para mañana.

José María Íñigo y sus horteradas temprano, una canción machista y divertida que se llama Mariloca y que habla de una chica de Barakaldo que llega a Madrid, quiere ser artista, pero al final termina en un puticlub, termina de mala manera, Madrid es una ciudad perra, ha perdido la elegancia y esa cierta austeridad de antaño, ahora todo es falso glamour.

Niñas portuguesas se prostituyen por chat a cambio de la recarga de su móvil...

Entrevista de Lara López a Javier Bergia, Músicas Posibles de Radio 3: un escritor de impresiones, fotografías leves de un mundo en descomposición, pero también hay sitio para la ternura, el recuerdo que no quiere ser nostalgia... Hay un tema al final con Ismael Serrano, que habla de que estar solo ya no es lo mismo, se desea una compañía, tal vez un hijo, ofrecerle una discografía, como haría yo si lo tuviera, pero el sino de algunos es estar solo y dar vueltas sin parar...

¿Quién dijo que el jazz es mierda para estudiantes?

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viernes, julio 13, 2007

Porno del bueno

A veces me acuerdo de Rachel X, de su maravilloso blog, de sus aventuras sexuales con desconocidos...

... y su amor por John Zorn...

... y por el Arcoiris de gravedad de Pynchon...

Zorn y su Naked City, terrorismo sonoro, del que no abunda, más bien es único, él y su banda (sus bandas), la ciudad desnuda los hombres mueren en cualquier esquina y las guaridas están llenas de pecados, coños con problemas y eyaculaciones asquerosas. Cuando alguien va a ser tiroteado suena la música de Henry Mancini para la Pantera Rosa; también hay una dulce balada para las gatitas de Chinatown, las mujeres-serpiente de Saigon. El tema de James Bond no podía faltar. Ese saxo se altera, díscolo, imposible de controlar. Andanadas sonoras de menos de medio minuto. Títulos surrealistas, alguna poesía quedará.

Rachel X: leo su blog en un hotel de Salamanca cerca de la Plaza Mayor: sus confesiones, su escorpión azul. Estoy enganchado; ella es la responsable de que yo quisiera escribir uno también, un diario público y al final maldito.

A veces me olvido de todo, y es peor.

P.D. A Blanca Andreu, si viniera algún crepúsculo, estoy en Grecia, con la imaginación, las palabras de Homero, la figura vencida, cambiada por el vagabundeo, de Ulises, nuestro contemporáneo, quiero decir que te echo de menos, es decir, que me gustaría conocerte y hablar de la poesía que es el alma del mundo, y no acabará jamás.

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miércoles, julio 11, 2007

Cuánta puta y yo qué viejo

Resulta que la vecina francesa tiene novia: era de temer, suceden estas cosas en el perro mundo.

"Todas las almas huelen a infierno" (Heráclito).

Javier Reverte me hace gracia, en su obra sobre Grecia: viaja a los lugares de la antigua mitología, del nacimiento del filosofar (Mileto, Éfeso), trata de aprehender las huellas de nuestra civilización, y lo más que encuentra son piedras, y a veces ni eso. El contraste entre ese pasado de leyenda y el presente plano y cambiado (los turcos no tienen nada que ver con aquel ambiente de Asia Menor hace dos mil quinientos años) es tan pronunciado, que uno se pregunta con cierto asombro y un tanto de cinismo: ¿cómo puedes siquiera tratar de comprender, pobre hombre de un tiempo masificado, hombre de la era de las máquinas?

El hombre no se ha convertido en un hombre, ha pasado de convivir con los animales ("bestias") a ser afín y uno con las máquinas, que ahora lo dominan todo. Ya lo decía Cioran: el hombre aspiraba a esa deshumanización, de ahí su apego a las máquinas y la velocidad que acarrean. Por eso Víctor Gómez Pin denuncia la mezcolanza animales-autómatas, sin pasar por el "hombre".



Escucho a Bill Evans, a Anat Fort (esta pianista deliciosa), no puedo dormir bien, los fantasmas rodean mi cama, veo a mi padre con otros muertos tiempo ha, sé que no ha encontrado la paz, pasará el tiempo y nadie sabe, no voy a ver El almuerzo desnudo de Cronenberg, estudio los mapas, veo a esa mujer que camina con tacones por la acera de la carretera, sus piernas largas y finas, es como una jirafa, tiene mucho pecho, un pecho desproporcionado al resto de su anatomía.

Entro en la tienda de Orange, y la chica que me atiende, tan embarazada, dice que no hace frío dentro, aunque hace frío como para chaqueta.

Not a Dream?

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martes, julio 10, 2007

Grecia

Me sumerjo en Persepolis de Iannis Xenakis, casi una hora de música electrónica, ruidos incontrolados con un brusco final, me lo esperaba sin embargo; y mientras, leo sobre Creta, la isla valerosa, escribe Javier Reverte, en su libro de viaje griego Corazón de Ulises, un viaje por el presente de las islas y también por el pasado de los dioses crueles.

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lunes, julio 09, 2007

Muermo

Finalmusik, Justo Navarro, Anagrama, 2007.
El protagonista es traductor. ¿A quién puede interesarle sino a los traductores?
Como en las novelas petardas de Javier Marías. La iglesia católica y Roma, ambiente gris. La educación jesuita del autor se tiene que notar. Hay un cierto erotismo, para hacer contraste (Francesca la limpiadora, la profesora de semiótica). Y por si quedaba alguna duda sobre la generación del gintónic, pp. 66-67.
Demasiado intelectual, demasiado pedante, como esa professoressa, X, pp. 61-62. Menopáusica, además. Papel, polvo y humo, apenas sexo.
Estilo: todo seguido, enumeraciones sin fin, separación por comas, nunca punto y coma. Frío como un informe. Escueto, seco como la mojama. El menor atisbo de sentimiento. Los diálogos se incluyen dentro de la parrafada. Muchas palabras en alemán, inglés e italiano, como para demostrar que domina idiomas.
Esta profesora boloñesa, ya decrépita a los 55 años, le confiesa a nuestro hombre la infidelidad de su marido con una chica romana. Da detalles. Encima, parodia de Lolita.
Demasiadas referencias, prosa muy redicha, indicando en pose posmoderna "mira qué listo soy", el refrito y el kitsch en pocas líneas.
Confesión en Bolonia: PATÉTICO.
Justo Navarro hará bien en seguir hablando en castellano pero a través de las voces de otros.

Así que lo dejo, aunque he hecho el esfuerzo de llegar hasta la página 175.
La miseria de la narrativa española, sin imaginación, seca.

Escucho algo de música: la magia sideral de George Crumb, música para una noche de verano, macrocosmos III. La resonancia del sonido. El concierto para piano nº 2 de Frank Martin. En directo, en enero de 1972, yo era apenas un crío. La sinfonía nº 1 de Brahms, por BPO, Karajan, 1966 (DG). La fuerza del último movimiento, en donde se concentra toda la expansión beethoveniana. Charlie Haden desde San Javier, Murcia, los festivales de jazz, la música experimental no tiene lugar aquí. El último guerrillero es John Zorn, y actúa en Barcelona, pero eso no es un festival. En la noche del domingo, Gustav Leonhardt toca a J.S. Bach, a Kuhnau, antes a Couperin, no sé a cuál de ellos, era una brillante familia de músicos, como la de Bach. Tengo suficiente.

En la radio no musical, los espacios de cháchara, casi siempre: el misterio es que ya no hay misterios, la sociedad española sólo se interesa por cosas muy prácticas, ya no cree en nada que no sea la fuerza del dinero, a vivir que son dos días, Pilar Varela apenas menciona la muerte, pero los hombres no sabrán nada de esto. Pancracio dice que los misterios son necesarios. Javier Reverte juega al mus y es interrumpido, a lo mejor la semana que viene. El sábado me levanto temprano y escucho el primer encierro de los sanfermines. El día será largo y caluroso.

Laura no llama ni la veo. Mejor.

El domingo por la tarde pienso en las "amistades peligrosas" de la Red, Tonina, Belle, las muchas cristinas, alguna Lucía, Roz, todo tipo de vicios, perversiones, sexo online, las mujeres quieren ser forradas con dinero, alguna dulce, alguna Myriam que me cuenta sus anhelos, la poesía de las mujeres, las mujeres aventureras que llevan sus caprichos al desierto, cubertería de plata que no falte, ah la vanidad, dos mujeres en moto, la que conduce lleva algo en los dientes, algo metálico, se ha perdido por los montes, yo miro la casa desde arriba y la encuentro cercana, luego asisto a un entierro (o es antes), la ascensión es peligrosa, mi madre se preocupa de la ropa, hay dos ataúdes, y luego "la película más extraña que he visto en mi vida", es la historia de una reencarnación.


quiero escuchar a los pájaros, no a los putos niños.

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viernes, julio 06, 2007

Otra vez Laura

Laura ha venido a verme. Ha sido una sorpresa, pues como ya dije el otro día, hace tiempo que no nos vemos. Y no es que no hayamos tenido ganas de vernos, es que por alguna cosa, ella o yo aducimos motivos para deslizar el próximo encuentro a un futuro que nunca llega. Pero hoy después de comer ha venido a casa, y nadie sabe cómo ha sido. La he recibido en la puerta, me he quedado mirándola lo que me ha parecido un buen rato, un momento raro de éxtasis banal, aunque en realidad no ha durado más de unos pocos segundos. Traía puesta una camiseta de Custo, con esas espirales coloristas que tanto le gustan, esos motivos hippies fashion, y unos pantalones pirata (blancos) con botones blancos también, sus pies calzados con unas sandalias de cuero, hechas a mano según ella. La he encontrado muy morena, dice que no es de playa, pero le da igual lo que piensen sus amistades, que son muy pocas, añade. Le pregunto que cómo es que ha venido, y sin avisar, es que pasaba por aquí--lo típico. Sé que no es eso, como diría Stefan, que detrás de esa visita casual hay algo más. Le sirvo un vaso de agua que me pide (ella no toma alcohol, alguna que otra vez la he visto con una copa de vino, siempre de buena marca, y tal vez sangría en saraos), y luego me siento en el sofá a su lado. Por un minuto dichoso, ambos permanecemos en silencio y casi se puede escuchar nuestra respiración. Tienen magia las mujeres.

Laura es cleptómana. Este vicio, que arrastra de antiguo, se basa sobre todo en pequeños hurtos en tiendas de segunda mano, ahí donde es más fácil evitar cámaras de seguridad y controles de todo tipo, que en tiendas normales no se puede. También es aficionada a las tiendas de beneficencia, aunque ella tenga suficiente dinero, que tampoco es mucho, para ropa de primera calidad. Buena parte de su biblioteca es de practicar el pequeño vicio, como ella lo denomina cuando está de buen humor. Se mete los libros bajo el cinturón, entre la ropa y su piel, pero sólo puede hacerlo con los volúmenes pequeños o medianos, y nunca con los de pasta dura, que se harían notar enseguida. En invierno, claro, le resulta mucho más fácil, en verano se las arregla con camisas anchas o un bolsón de playa cruzado. En esas tiendas de segunda mano, aprovecha los probadores para echar todo lo que le interesa al bolso que siempre lleva y que le dejan pasar sin más problema. Casi siempre es ropa que no le interesa lo más mínimo. Como me explica, lo hace como captura del placer, como reforzamiento del poder que obtiene cada vez que consigue algo por la cara. Sin tener que pagar nada, y además, con su meras artes para la rapiña. Dice que no puede dejarlo, que alguna vez se lo ha propuesto y ha fracasado. La miro mientras habla, está un poco acalorada y voy a la cocina a por algo más fresco, tal vez un Nestea, que sé que le encanta, para mí otra lata de cerveza. Cuando vuelvo al salón, la encuentro medio echada, en su postura de gata, como tantas veces la he visto en aquel tiempo en que "salíamos". Pienso en su piel tan mate, entonces, en cómo hemos cambiado los dos, en los libros robados de su biblioteca (que tiene en el fondo de su estudio, en realidad es de su padre que se lo ha cedido, su padre es arquitecto); pienso en muchas cosas que el pasado ha arrastrado hasta aquí, a esta playa abandonada, casi desierta.

Pero sé que estas confesiones no son el único motivo de la visita, tiene que haber algo más. Evito preguntarle por el viejo de la radio, ella tampoco saca el tema, sabe que lo detesto, a la vieja cangrena, como le llamo, y ella lo sabe. Se ríe cuando hablo mal deliberadamente. Dice que soy un tarado simpático, y reímos como niños egoístas que no saben que van a morir. Y pienso: si este momento pudiera ser eterno, si aquellas olas se detuvieran...

He bebido toda la mañana, y ahora estoy con fuerte dolor de cabeza. Le cuento del blog, de cómo hay gente que insulta y dice cosas de mí, de cómo les sigo la corriente y finjo que soy un fascista que habla mal de todo, y hasta le digo la expresión que tanto me gusta: "profeta de tempestades". Ella escucha sin opinar, parece divertida con el juego en el que me veo envuelto, me pregunta entonces por la novela. ¡Ah, sí!, y me río, Adiós a la pornografía. Ese título le hizo siempre mucha gracia, desde el otoño pasado en que se lo mencioné por vez primera. No capta mis ideas sobre la pornografía como estado de las cosas, como la naturaleza de la sociedad posconsumista. Pero hablamos mucho sobre lo que el porno añade a nuestras vidas. ¡Pero no añade, más bien resta!, le digo, pero ella me hace callar, se acerca y me da un dulce beso en la boca. Huelo su perfume, Carolina Herrera 212. Luego se recosta de nuevo, pone los pies sobre mí, las uñas de rojo sangre, la sangre tan dulce como la miel...

¿Y cuándo lo vas a dejar?, pregunto de golpe.
¿El qué?
El vicio.
Ya te he dicho que no puedo, es superior a mí.
Inténtalo.
Querer no es poder, querido, y tú lo sabes.
¿Lo has hablado con tu analista?
Muchas veces.
¿Y qué dice?
No dice nada, él siempre calla, es mi pez banana favorito.
¿Tu pez banana?
Es nuestra broma privada, tú no lo entenderías.
¡Pero algo dirá, supongo!
Dice que es mi goce. Que no tiene nada que ver con gozar, por cierto, más bien es un plus de goce.
No entiendo nada.
Bueno, ¿me das otro Nestea?

Me levanto, voy a la nevera, saco dos latas más. Me doy cuenta de los huecos que hay en los estantes, tendré que ir al LIDL próximamente, a más tardar el sábado. Cuando vuelvo, ella está apoyada en mi sitio, y eso sólo quiere decir una cosa. Pero hago como que no he visto nada, me pongo del lado derecho, caliente por su reciente estancia, me habla de Billy Collins y de Lo peor de la poesía que se ha comprado hace unos días. Dice que la poesía tiene que ser así, sencilla, el hombre que mira por las ventanas, que va en coche a su facultad, que toma un café con cruasán, el poeta fuera de su torre de marfil. Los lunes también son días para la poesía. Y conforme dice esto, noto que se va desprendiendo de la ropa, lentamente, como en un sueño. Sus bragas son de color malva, algo que apenas había entrevisto antes, podían ser de cualquier color menos blanco, nunca usa ropa interior de color blanco.

¿Sabes lo que me pasó el otro día?
Cuenta.
Pues estaba en un cyber chateando, y me llega un tipo, alguien un poco mayor que tú, con el pelo muy largo y lleno de tatuajes, y me pide fuego.
¿Y?
Joder, pues que yo estaba concentrada y el tipo este me distrajo, y entonces golpeé la mesa y me dio tanta rabia que me fui.
¿Y?
El camarero que había reponiendo una máquina automática se quedó cuajado, puso una cara de alucine... Pero como me fui tan de repente, claro, ni pagué, así que enseguida se me pasó el cabreo.
¿Y con quién hablabas, si puede saberse?
¡Aaah, top secret!
Venga ya.
No te lo pienso decir, es mi otra vida, ¿recuerdas?
La misma a la que pertenece el viejo pajero, ¿verdad?
No le llames así, es muy atento conmigo.
¿Te come el coño como a tí te gusta?
...
¿Y qué pasó con el tipo que pedía fuego?
Pues ahí está la gracia, que me fui detrás y lo llamé.
¿Y?
Pues que me puso tan caliente, verlo con todos esos tatuajes, que le dije que podía tomar una cerveza con él, si le parecía bien.
No te creo.
En serio, nos tomamos una caña, él, y yo una Coca-Cola, y resulta ser un tipo muy simpático, dice que trabaja en las hamacas de la playa.
¿De qué playa?
La de Poniente.
¿Pasó algo más?

Y así seguimos un rato más, y luego le pedí que se vistiera y que me dejara solo, me iba a estallar la cabeza. Y entonces nos besamos tiernamente en la escalera, y le dije que me llamara el sábado y dábamos una vuelta, pero sé que estará con el viejo, y sé que tendré que hablar más de ella, para quitármela de la cabeza.

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Tarde surrealista

La tarde pegajosa como caramelos podridos, la habitación se llena de moscas, chicas pegajosas como caramelos podridos, es lo que cantaban Ilegales en los años divertidos, cuando no había tantos niñatos fashion y tantas pastillas y tanta cocaína en las aguas de los ríos, más que en Nueva York. Los chicos pálidos para la máquina, la generación a la que pertenezco, jugaba en esos mismos ríos, mataba lagartijas, se tumbaba al sol bajo la influencia, las mujeres eran menos putas que ahora, todo era más lento.

Desde Asturias con desamor, soy un borracho, SOY UN BORRACHO, decía el cantante.

Soy un borracho.

Os Resentidos decían: ¡no son valkirias!, son trabajadores inmigrantes, son turcos en Alemania y cantan:

un Volkswagen por alí
un Volkswagen por alá

Arde Galicia
Galicia caníbal
fai un sol de carallo

y así todo era más divertido

pero los tiempos se han vuelto muy fascistas
y yo me estoy pensando votar al PP en las próximas elecciones, para no desentonar con el tono general de la nación, ya que como no soy joven no me regalan el permiso de conducir, ni tampoco me darán 2.500 € por el hijo que no pienso tener, y así, voy a votar al más facha. Y como dicen que soy un fascista, así les doy la razón.

Fernando Arrabal está en La Plaza presentando su nuevo libro, paraíso para locos, y habla con su habitual importancia y le llaman de usted en un tiempo en que sólo se llama así a la gente carcamal, y se cree un surrealista, y es el más divino y dice que la obra de Houellebecq es la mejor del milenio, y tiene razón. Viva la provocación. Y escucho Mare Nostrum de Mauricio Kagel, que es otro loco de la guerra, la guerra de los blancos contra los nativos, somos caníbales y así lo manifestamos, un negrito por aquí, unos blanquitos en el caldero, eso por follarse a nuestras mujeres, eso se llama justicia divina. Era en la Biennale de Venezia y ahí estaban los del Divertimento Ensemble bajo la dirección entusiasta de Sandro Gorli. Eran tiempos más divertidos, se jugaba, ahora simplemente se folla, y malamente. Teatro de ruidos, risotadas, unas castañuelas, burla de Beethoven pero con mucho amor, tú de esto no sabrás nada porque acabas de nacer con un porro en la boca, pero aquí la Sociedad Mescalínica sí que sabe.

Más tarde en Radio 3 está la entrevista con Goran Tocilovac, escritor de origen yugoslavo, de Belgrado, pero que habla en un castellano perfecto con un cierto acento francés y también dejes porteños, que presenta su Trilogía parisina, una serie de novelas del género negro, pero con un tono intelectual marcado, y con una fuerte carga erótica. Será mi lectura para este largo y tórrido verano, previsiblemente. Un giro de tuerca al género, el cinismo de nuestro tiempo, y París al fondo.

En la madrugada despierto y me da por pensar: la literatura no existe, ya no. Una vez estuvo en todo su esplendor y su jardín daba flores hermosas, lujuriosas incluso, pero ahora es un desierto, un páramo. Pienso en el odradek de Kafka, ese carrete de hilo, ese estropajo, una cosa sucia y fantasmal, algo patético. Eso es la literatura. Ahora lo que se presenta en librerías y ferias es algo falso, una pieza falsa, los restos del pasado de vez en cuando asoman sus cadáveres. Esa cosa asustadiza, que se esconde por los rincones pero que lleva una intensa vida nocturna, ese espantajo que no tiene otra vida mejor, sino una posvida, un universo cercano al nuestro en donde juguetea con los animales domésticos y el polvo y las moscas, moscas pegajosas como putas en un bar de alterne.

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jueves, julio 05, 2007

Porno de verano

Ahora es la hora de divertirse con la moda es el bread & butter o sea lo más básico es la pasarela de la casual wear es en Barcelona la ciudad fashion y en la entrada del recinto hay unas chicas con unos cascos para la cabeza de diseño o unos cascos de diseño para la cabeza sin cabeza, y hay un par de chicas del night club que todavía no se han acostado es decir no han dormido porque acostarse con desconocidos, eso lo hacen muy bien, lo hacen por dinero por supuesto, aquí todo tiene un precio, y en Protagonistas de Luis del Olmo siempre hay un espacio para la publicidad de El Corte Inglés, que va muy encubierta porque la propaganda es su manera.

El verano, o sea las tardes, es para el jazz, en las noches duermo como un lirón nueve horas como un niño chico, porque los niños necesitan dormir, lo malo de esos clubes de jazz es que están todos ahumados y yo no soporto el humo, aquí compartimos oxígeno dice en la puerta; en la tarde escucho al Jamie Saft Trio, el primer libro de ángeles de John Zorn, Astaroth, obras entre la vanguardia y el clasicismo, la suave naturalidad el swing, el paseo por unas avenidas desoladas, el primer viento de la temporada, las calles desiertas, alguna mujer decente que va en una moto aguamarina y se detiene al final como para decir adiós, es una palabra en todas partes, Ariel se llama y es la lenta subyugación, el frenesí detenido al borde de un árbol, la parálisis permanente.

Si pudiera soñar con otra cosa que no fueran demonios, tus ojos venidos de lejos, la gracia de un jardín cerrado, los pies sobre la arena...

La realidad está de repente en primer plano, el hotel de Barcelona ha tenido que salir toda la gente a la calle amenaza de bomba, las prostitutas no se han vestido no les dio tiempo, hay hombres en calzoncillos, hay un perro que tampoco se ha puesto correctamente, una camarera se ha quedado en la misma posición de servir una mesa, un recepcionista se la está metiendo todavía al camarero marroquí recién llegado, una búlgara no se entiende con el trabajador de la huerta leridana, se gasta los cincuenta euros con muchachas bonitas, su madre no hubiera permitido esto, pero ahora nadie ve, por aquí pasa Santa Justina con su jarrón de leche, y dice algo por lo bajo, no hay nadie que vea, porque a los policías un ángel les ha cegado, con su katana el adolescente mata a su familia, ya no soportaba más la tensión, al extremo de la plaza está Judit, que por fin ha sido entregada, estaba abducida por la madre que es una zorra peligrosa, pero como suele suceder, las madres siempre tienen razón, Dios las bendiga.

Esos premios siempre son a caballo ganador.

Escucho de nuevo el jardín de las alegrías y las penas de Gubaidulina, algunas toses entre el público, pero es difícil concentrar las atenciones cuando hay tantas putas desfilando al otro lado del recinto, mejor nos vamos fuera y ensayamos el numerito, por eso hay que esperar a que todos se acuesten, entonces hay que poner la cinta de vídeo, en donde el camarero está refocilándose con un gañán que viene a coger las manzanas, y la búlgara (que pertenece a una banda de albanokosovares) se lo hace con tres alemanes que en el pasado torturaron a sus abuelos en un campo de concentración. Hay sangre y hay semen y hay la lucha de clases, como bien se sabe.

El espíritu cabalga por fin, y sus días no tendrán fin. Hegel y la Fenomenología del espíritu, Napoleón en Jena, y Kate Moss raya va y viene.

Lo que tú no sabes es lo pervertido que yo soy.

Me llama Laura, hace tiempo que no nos vemos, ella está liada al parecer con un tío viejo que trabajaba en la radio pero que ha sido jubilado antes de tiempo, ella tiene unos cuantos años menos que yo, yo la escucho, ella habla sin parar; la encuentro algo apresurada. No sé ni cómo hemos venido a parar en esto, en esta especie de confidencias en el crepúsculo, cuando voy a cenar y ella se empeña en el folleteo verbal, pero no digo nada, pongo el oído al fuego de su voz, ARDO, estoy en posición de desecho. Su voz es la luz que me guía. A mi lado el mendigo de turno, Europa está llena de basura que viene del Sur, hoy puede ser un buen día plantéatelo así. A las puertas de Europa, las mujeres que buscan una vida mejor, que se reproducen en nuestras fronteras, buscan el paraíso, en este lado y no en el paratí donde nacieron, piensan que el terrorismo aquí no las alcanza y el Gobierno les promete ayudas y ventajas sobre los nativos, así los chinos están cinco años exentos de impuestos y los ecuatorianos con su agrupación familiar y los dos mil quinientos euros por el primer hijo, si eres legal. En USA los ilegales son "no personas".

Laura. Un día estuvimos a punto. De hacerlo. En la salita descubrí que sólo llevaba las bragas, todo lo demás lo había perdido. Una sirena que quiere un helado de La Sirena. No le dije que no. Pero no accedí a sus caprichos mayores, sólo nos quedamos en los preámbulos. No tenía por qué ir más allá. "Somos amigos", le dije, le dije eso pensando que ella ya tenía amante, el de la radio y el compositor de turno, eso no le sentó bien y fue al baño y se encerró y estuvo llorando un buen rato. No, esa noche no nos acostamos, no follamos. Todos mis problemas vienen de esa noche, de nuestro polvo frustrado, de nuestro no-amor. El teléfono es muy frío, tus caricias son falsas, todo en tí apesta a dinero musical.

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miércoles, julio 04, 2007

Petardeo de verano

El verano, aparte las bicicletas y el jazz, es para los petardos y, sobre todo, las petardas.

En la tarde me pongo en situación básica por el calor agobiante el bochorno, a escuchar la música, es un decir, de Milva, esta reina de la canción italiana, aunque el kitsch es el rey por doquier, escuchen Flamenco rock y lo que dice sobre la típica España de bailoteos y matadores, viva el vino y las mujeres y una buena sangría y la Hermana Construcción. El tango es italiano, y el show must go on...

Pero ahí no se acaban los asaltos intempestivos, porque la morralla y los saldos siguen y en los conciertos de Radio 3 están destripando las Nancys Rubias (cuando voy a la FNAC la última vez, a finales de junio, están tocando abajo), y me descubro moviendo los pies porque es una música ideal para el verano, que es tiempo de parálisis e idiotez, esta gente al menos no se anda con engaños, lo suyo es la pura diversión y punto. Elogio del travestismo, de la apariencia y lo superficial, sus temas se llaman Maquillaje o Sálvame, que es una canción de amor por si no lo sabías.



Veo camisetas con mensaje: Aprovecha las confusiones que la noche produce (la lleva un sudaca cuando bajo del rastro);

Love Is A Game Insert Coin (la lleva una chavala inglesa a la que no se le resiste nadie).

Soy un demonio (una pequeña camiseta roja que veo en el metro de Madrid, la lleva una mujer que es muy poca cosa, pero por si acaso me echo para atrás).

Los demonios están por todas partes.

De esta manera, ¿cómo poder concentrarse en las sutilezas de Sofya Gubaidulina, en su Garden of Joy and Sorrow?, para arpa (Maria Graf), flauta (Irena Grafenauer) y viola (Vladimir Mendelssohn), casi veinte minutos de pura especulación del sonido, hay mucho ruido alrededor y mi cabeza no está del todo reposada por tanta noticia estúpida, el terrorismo y los pobres occidentales amenazados y el hombre del Intituto Elcano que asegura que vivimos en el país más seguro del mundo, pero yo quiero irme a Suiza, por si acaso.

Silenzio, para violín, cello y bayan, que es una especie de acordeón ruso, sólo el primer movimiento, Elsbeth Moser toca el bayan que surge fantasmal desde el entramado refinadísimo de la cuerdas, mi mano se posa en el aire caliente de la tarde se desliza al rojo absoluto.

Mi mente viaja al centro de una aventura imaginaria en la radio el comentarista de libros recomienda Alicia en el país de las maravillas y se habla de qué hacer con los delincuentes que visitan tu casa y en el periódico local dicen que cierran una sala de jazz por ruido, me dan ganas de ir hasta allí y quemar el local me trae malos recuerdos, y entonces abomino de todo lo que no sea clásica, música tranquila sutil José Manuel López López y sus Movimientos para dos pianos y orquesta que tocan Juan Carlos Garvayo y Alberto Rosado desde el Festival de Granada.

Pero ya digo, entre tanto ruido no puedo ver los árboles, los maravillosos detalles treinta años de la muerte de Nabokov y justo entonces se sienta frente a mí una lolita que se coloca un sombrero de paja se sienta entre un hombre de unos cuarenta años y otro mayor que podría ser su abuelo, estoy esperando que venga la vecina francesa a la que no conozco, para proponerle algo indecente, el verano es para hacer tonterías, no para escuchar cosas delicadas.

Cuando llego al centro sólo veo a furcias muy maquilladas, parecen azafatas de algún Punto de Encuentro, el meeting point está entre sus piernas, está embarazada la que lleva escrito en la frente Nacida para putear, la otra no va de verde sino que lo apuesta todo al rosa y su casco es de amazona y está tan bronceada que parece una vulgar morcilla, aunque es tan fashion...

Pienso en las putas de mi generación, como esa tal Corulla, testaferro de Roca, el Jefe de la Mafia de Marbella. Pienso en las mujeres que están deseando que alguien las inunde de monedas.

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martes, julio 03, 2007

Qué maravilla

La cojita


Poema de Juan Ramón Jiménez

La niña sonríe: ¡Espera,
voy a cojer la muleta!

Sol y rosas.
La arboleda movida y fresca,
dardea limpias luces verdes.
Gresca de pájaros, brisas nuevas.
La niña sonríe: ¡Espera,
voy a coger la muleta!

Un cielo de ensueño y seda,
hasta el corazón se entra.
Los niños, de blanco, juegan,
chillan, sudan, llegan:
¡Nenaaa!
La niña sonríe: ¡Espeeera,
voy a coger la muleta!

Saltan sus ojos. Le cuelga
girando, falsa, la pierna.
Le duele el hombro.
Jadea contra los chopos. Se sienta.
Ríe y llora y ríe: ¡Espera,
voy a coger la muleta!

¡Mas los pájaros no esperan;
los niños no esperan!
Yerra la primavera.
Es la fiesta del que corre
y del que vuela...
La niña sonríe: Espera,
voy a coger la muleta!
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Lo escuché el otro día en un programa llamado El calenrradio, una especie de zapping por el pasado de Radio 1 de RNE. Lo recitaba de maravilla Conchita Goyanes. Y es que cualquier tiempo pasado fue mejor, sobre todo para la radio, que vive un tiempo infernal desde la entrada de las tertulias políticas en su medio. Las voces metafóricas del franquismo, con todo lo repulsivas que puedan parecer, me parecen mucho mejor que esta gracia y esta tontería de ahora y esta manera de dar las noticias como quien cotillea en un café. Y la poesía es ideal para la radio. Blanca Andreu se queja de la mala salud de la poesía española, en realidad poesía auténtica la escribe ella y pocos más. Un poema ha de sentirse, ha de habitarse, mejor dicho. No se escribe para decir algo, sino para emocionar. Y Blanca Andreu, mi querida Blanca (cuyo hilo en El Bosque es obra mía, y vuelvo a repetir, de donde me expulsaron los que controlan fascistamente ese cotarro), una de las que más emocionan.

Ayer tarde, en La Plaza de Radio 1, Lara López entrevista a Javier Bergia, un cantautor que no conocía, pero que lleva ya muchos años en esto de la música, ha sacado como nueve discos, a lo largo de más de treinta años, o casi (ahora dice que tiene 49). Bergia ha sacado nuevo disco, del que se escucharon fragmentos. Una maravilla de letras, los arreglos también merecen la pena. Madrid, su ciudad, de fondo. Él habla con melancolía del viejo Madrid que ya no existe, tiene razón cuando se queja de que Madrid sufre de falta de identidad, ahora es una ciudad muy guay, la del Europride y todas esas cosillas fashion, pero para los que tienen cierta edad, Madrid da pena y hasta asco, según qué barrios, tomados por ecuatorianos, colombianos, chinos y demás. Yo amo el Madrid a través de los ojos de M., ella también se crió en ese Madrid más amable, más a la medida del hombre, un Madrid de pequeñas plazas y de cafés y de descampados. El otro día en este programa llamaba una mujer para quejarse por lo del cambio de aire de Chueca, es verdad que antes había viejos y yonquis y el barrio estaba echado a perder, y que ahora es muy cool porque está lleno de gays, lesbianas y tiendas de moda carísimas y galerías de arte y hasta aparcamientos de diseño. Lo viejo no interesa.

A mí me parece que sólo lo de otro tiempo tiene algún aura. Sin aura no es posible la intensidad. Sin aura no hay poesía, sólo pornografía.

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lunes, julio 02, 2007

Morralla

Intento una vez más leer una novela, en este caso El invierno en Lisboa de Muñoz Molina, pero no hay manera:

--Pero un músico sabe que el pasado no existe--dijo de pronto, como si refutara un pensamiento no enunciado por mí--. Esos que pintan o escriben no hacen más que acumular pasado sobre sus hombros, palabras o cuadros. Un músico está siempre en el vacío. Su música deja de existir justo en el instante en que ha terminado de tocarla. Es el puro presente.
(Seix Barral, 2004, pp. 13-14).

He aquí una cita del comienzo, lo poco que me gusta, y sólo he aguantado las ciento veinte primeras páginas, más o menos la mitad del libro.

¿Qué pasa con los discos?

Los discos no son nada. Si son algo, cuando no están muertos, y casi todos lo están, es presente salvado. Ocurre igual con las fotografías (...)
(ídem, p. 14).

¿Esto es válido para toda la música, o sólo para el jazz, que es el arte de la improvisación y el directo, del virtuosismo in situ?



Yo creía que con ese título, el jazz (una pasión del autor, que escribe a menudo en Scherzo sobre ella) tendría más importancia, pero al final no es más que un ambiente, que un clima, que el medio en el que se desenvuelve el protagonista. La novela es una mala imitación del cine negro de la época dorada de este género, por eso todo suena artificial, y el lector se termina cansando al poco. Muñoz Molina habla de San Sebastián, pero podría estar hablando de Chicago o Nueva York. Hay una impostación que rechina, y eso ya desde los nombres de los personajes, todos sos esquemáticos, y las únicas acciones son fumar, beber, esperar en lugares sombríos, empuñar un revólver, tocar algún instrumento, clavar uñas u otros instrumentos cortantes, conducir de noche... La verdad, muy aburrido.

Muñoz Molina pertenece a la generación del gintónic, como ha denominado Andrés Ibáñez a este tipo de escritores realistas nacidos hacia la mitad del siglo pasado, y que como en Benet, trazan personajes que se pasan el tiempo bebiendo ginebra, qué asco.

Así que, en el páramo del domingo por la tarde, pongo algo de Mozart, sus sonatas para piano, K. 331 y K. 310, más dos fantasías, por Wilhelm Kempff, que nunca romantiza, ni siquiera en la segunda sonata mencionada, y sí es capaz de sacar todos los matices, esos ritenuti y esas melodías irresistibles que Mozart escribió para ser interpretadas por alguien como Kempff.

En las noticias todo son falsas alarmas; sucede que en el verano estamos de saldos, y el pensamiento se muestra resbaladizo, y en TV hay más idioteces que de costumbre, y tengo que apagarlo todo para quedar por fin en la oscuridad. También por teléfono escucho tonterías.

***

Por la mañana temprano me levanto y cojo el mp3, escucho algunas de las pistas ahí grabadas, pero ocurre que no me acostumbro a escuchar música así, troceada y a veces ni siquiera sé lo que está sonando, en el universo mp3 no existe la noción de álbum, tampoco de disco, la gente escucha sólo "canciones", todo va por pistas, tracks, y me pierdo. Escuchar a Boulez aquí es un poco fastidioso; el martillo no tiene maestro ni sé cuál es el artesanado furioso ni me importa mucho qué sea eso de la reina y los insectos o la marcha del joven; Malipiero y su sinfonía del zodíaco por Bruno Maderna, pero los aplausos finales suenan tan fríos como el resto de la música. Y sin embargo, el compositor veneciano es también uno de los grandes del pasado siglo, y uno disfruta con esas máscaras que pasan, para piano, y también con los homenajes a un papagayo, a un elefante, a un idiota, a Claudio Debussy.

***

La novela española es aburrida y patética en ocasiones, no es bueno acercarse a ella. Muñoz Molina es buen ensayista, escribe estupendos artículos, Ventanas de Manhattan está muy bien, pero sus novelas, todas se me han caído de las manos. Justo Navarro vive cerca, pero no me acerco a él, no he leído más que F., y la verdad es que tampoco me interesa mucho, él camina zombi, él no se acerca a nadie, es un emboscado, tal vez.

***

Por la noche no hay música de nadie sino algo de saldo, versión original. Por la noche es tiempo de fantasmas y me acuerdo con rabia de las mujeres fatales que me crucé en el camino, me acuerdo de días de rabia, de puteríos de toda clase, de artimañas para salirse con la suya. Las mujeres y los problemas que ocasionan; imposible ponerse de acuerdo, para las menores tareas. Veo a a una argentina y no puedo evitar pensar menuda furcia. Ahora cada vez que llamo a Orange para información, me contesta una voz argentina, se presenta con un nombre raro, con ese acento porteño que tanto aborrezco ya, y me habla, con su voz de robotín, como la de Pilar Mota, la que da la información de la Bolsa en Radio 1 de RNE. Y todas cruzan temprano por mi campo de visión, y pienso en lo chupapollas que son, en cómo lo están deseando.

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