miércoles, enero 31, 2007

La amenaza fantasma

El vino es un alimento, ¿es que no lo sabías?, el vino es un alimento y el té es un protector cardiovascular pero si le echas leche es echarlo a perder que es lo que hacen los ingleses, que toman té con leche, yo lo tomo solo con un poco de azúcar, es el té negro, claro, porque el verde no se toma con leche y además no es tan común aquí. Hermano bebe que la vida es breve y aunque a ti no te lo pareciere el más grande bien siempre es pequeño hermano bebe no seas bereber. Pero ahora la ministra de sanidad, a la que habría que meter en tratamiento en el balneario, dice que es una bebida alcohólica, el vino peleón puede ser, pero no el Vega Sicilia Único 1995 que se estaban tomando la otra noche en el Palacio Real cuando el presidente de México, nuestro país amigo, vino a visitar nuestro país y el rey vive como Dios manda, los que no mandan se toman su vinazo en la taberna y no están en los sellos. En la noche hacemos lo de siempre, ya son las 11.18 P.M. y todavía estoy escuchando este tostón, ahora dice ella que hay que contar con ETA, ¿o es que no se ha tenido en cuenta?, todo se echó a perder por la leche del 30 de diciembre, ahí fue el bombazo el que lo hundió todo, ahora le toca a Ibarretxe, usted váyase preparando para entrar en la huelga de hambre de protesta. Pero el vino es un alimento, esto usted no lo puede negar, dentro de la dieta mediterránea, lo que pasa es que aquella noche iba muy puesto de Solar de Carrión o algo parecido con el alemán de turno, y hablé de Jung más de la cuenta y luego a la hora de la retirada uno no se retira, la rubia va por la carretera en la moto, sola y pensando en su dolor, y yo me voy hacia la calle de todas las desgracias, las putas nunca vienen solas.

Una cosa te digo, nunca he olvidado ni perdonado a ninguna de ellas, a ninguna de esas putas. Nunca lo olvidaré, nunca perdonaré, la vida como una sucesión de rencores, de malas direcciones, carreteras olvidadas y de segunda, partidos perdidos, sudores, idas al WC en la madrugada cuando cantan las cañerías y los sueños se enroscan sobre sí mismos, y el vino es un alimento y estos terroristas en qué piensan y cómo vienen al mundo, con la sangre de sus cabezas alimentan a la bestia, que exige otro sacrificio. Es un poco difícil, pero el universo de las proteínas y el descubrimiento del orgón, y la venida a la Tierra de los ummitas y las mentiras del protocolo y el jamón de Joselito y el vino no es malo, una copita comiendo, eso no es malo, pero a los veinte años ya tenía el hígado hecho polvo y se lo trasplantaron y murió poco después en una fiesta de boda cuando la llevaron al hospital murió por el camino, el camino de los ingleses, por ahí se va al infierno, antes de tiempo, por ahí se va adonde ya no se vuelve.

Uno se mira al espejo y se descubre otra arruga y recuerda algo que escribió en una carpeta y que ahora no se sabe dónde se puso y un escrito se titulaba Fantasmas del pasado y hablaba de Pepe Luis por el Paseo a la noche, y esto fue años antes de que decidiera, o el impulso se lo llevara, y se fuera al Puente del Águila que es una construcción franquista como todo el pueblo, y se tirara, como antes el moro al que perseguían por no pagar. Y Pepe Luis no me dice nada, bueno una vez dijo algo acerca de la "pajarita" (la furcia que se fue con el gaitero) con la que yo estaba, cuando estar en amor era bello y hasta divertido y no estaba el mundo lleno de raperos antes llamados macarras a secas. Y en otro artículo hablaba de lo difícil que es encontrar placer en el sexo, antes llamado conejo a secas, pero ahora adornado por todas las bocas que salen en TV de madrugada. Y por las mañanas nos acercamos brevemente y nos hacemos los distraídos y la cosa se hace, el desamor es un lento fenecer como la planta se va secando aunque no escuches sus lamentos, la mala rosa te está preparando toda la miseria que habrás de tragar, de un sólo buche, y el vino no es malo, en él está la verdad, ahí empieza tu sabiduría, cuando te tiras a la calle, conoces a todos los que están en busca y captura y la policía local se divierte, una noche estáis a punto de follaros unos a otros debajo de los arcos junto a los coches de caballos, pero viene la Guardia Civil y lo destruye, este momento precioso, el espíritu del vino hizo que me perdiera para el mundo.

Etiquetas:

martes, enero 30, 2007

Fragilidad

Sólo son sombras, aquellos recuerdos, lo que queda del pasado, leo a Mishima y me siento cercano a su mundo, aunque sea un mundo lejano y extraño el suyo. Él tenía fantasías con san Sebastián y yo sabía desde pequeño que el mundo es un escenario en donde uno representa su propia película (no, sus películas), uno hace todas las funciones, y el cine verdadero es una pálida sombra en comparación. Las fantasías homosexuales de derramamiento de sangre y de cuerpos musculosos en la sala del gimnasio o en el campo de deportes. El vicio que no se puede corregir, porque una vez que se descubre es tan dulce hundirse en él. Y abro una revista y sale la gallega de Cancún, que para pagar la luna de miel desastrosa ha tenido que desnudar su vulgar cuerpo, con consentimiento marital. Y el mundo es una pornografía que va rodando por donde puede, y pienso en los amigos muertos, los que se colgaron, los que se tiraron por un puente, gente que tenía mi edad y que renunció al frenesí. Y cuando escucho la radio, como ayer tarde, es para deleitarme con una charla amigable sobre las plantas, o las flores, ésas que uno nunca llevó a la amada porque nunca la tuvo, y Alfonso Levi está muy contento porque tiene tiempo extra, ahora para recuperarse de la otra semana en que le cortaron las señales horarias. Y es hermoso escuchar el canto de los pájaros que están del otro lado del cristal. Y es mejor que no abra la revista, porque está llena de fotos porno. O de jovencitas que se insinúan, como futuras putas. Y cuando pienso en lo que pasó en aquel apartamento de verano, y cuando sueño con todos los cines posibles, de madrugada despierto y voy al baño, y pienso en las guarradas en vídeo de Paris Hilton, y sé que eso es lo imposible, que uno no ha nacido para triunfar sino para naufragar poco a poco.

La infancia es territorio vedado, perdido, es lo que ha quedado del otro lado. Yo no puedo ser ese niño que se vestía de viejo, o de payaso, con la ropa de mi padre, con la fantasía de parecer mayor, de hacerme adulto en la fantasía de una habitación cerrada. Y mi hermana está en el fogón, no se mueve de ahí porque está delicada, ella que nació en la enfermedad como otros nacen en la perversión. Mishima habla de la inutilidad del viaje, de cualquier viaje. No sabe si es amor o simple deseo carnal. La carne se abre como una flor venenosa. En la noche, el presentador siempre habla de lo mismo, de la Amenaza. En tiempos, yo me colocaba en el centro de la disputa. La música de Nina Simone y su trío, en el Ayuntamiento de New York, son los años sesenta todavía. Alguien dice el nombre, Un Pingüino en mi Ascensor

y entonces sé que los años han pasado y que mi verdadera vida aún no ha pasado, estoy esperando al hombre que venga a mí y me capture, que me dé la verdadera vida, el Padre y el Hijo delante, detrás el Espíritu Santo. La puerta se abre y al meternos nos eleva un ascensor gigantesco. Miro al techo y no puedo creer que toda la planta sea parte del ascensor, la casa auténtica está allí, en el cuarto por lo menos. La casa es una y la misma, y alguien nos recibe, ah, estáis aquí, pasad. Es una conocida de mi madre, de cuando trabajaba aquí, o en otro sitio como Guayaquil. Pasamos a una habitación, entonces M. se acerca enfadada porque su chándal está todo mojado, es una pena, tendrá que cambiarse. Luego me asomo al balcón, es un mirador espléndido en donde crece un pequeño vergel. Luego un mayordomo nos hace pasar a otra estancia en donde se sirven canapés. Desde allí miro al norte para ver nuestro antiguo cortijo, en donde pasé mi infancia más feliz. Ya es sólo una sombra. La dueña de la casa por fin aparece. Nos muestra su vicio secreto, mientras se empolva la entrepierna sin ningún pudor, con algo que puede ser una crema casi como la cal. Ella está enamorada (bueno, es su amante) de una mujer, de la que no quiere revelar su identidad. Yo no soporto más esta presencia turbadora. Ahí se esfuma todo.

Porque todo el vicio se esfuma.

Y queda sólo un vacío, una pequeña muerte.

Vuelve el Pingüino...

Yo solía ser fuerte como un roble,
Pero nada es perdurable,
Hoy mi cuerpo es delicado y sensible
Mi salud bastante endeble.
En este balneario
Donde vine a acabar mis días,
Se empeñó mi sobrino, Zacarías
En que era lo mejor.

Nada como las aguas termales
Para mi problema de cervicales,
Mis afecciones renales
Y mi cáncer de pulmón.

Pero en este balneario
La comida es asquerosa,
Las enfermeras, espantosas,
El servicio es demencial

Y ya tengo avisado al notario
Para que desherede a mi sobrino,
Ese pelota cretino
Que me metió en este lugar.

Estoy harto de fuentes medicinales,
De baños en oscuros manantiales,
De la importancia de las sales,
Del agua mineral sin gas;

Y cada día que pasa en el balneario
Se acrecienta mi odio a este mundo ingrato,
Aumenta mi pasión por el asesinato,
Mi único deseo es matar;
Y sé que el comisario
No sospecharía de un pobre anciano,
Abstraído al estudio del derecho romano
Y la filosofía oriental.

En este sanatorio,
Los demás pierden el tiempo jugando al mus,
Yo repaso mi arsenal, y escucho a obús
A volumen brutal.

En este purgatorio,
Encontré mi entretenimiento,
El remedio al aburrimiento,
Liquidando visitantes sin piedad.

Ayer estrangulé a una concejala,
Cuando inauguraba la nueva sala,
Y tengo guardada una bala
Para el Ministro de Sanidad.

Y cada día que pasa en el balneario
Se acrecienta mi odio a este mundo ingrato,
Aumenta mi pasión por el asesinato,
Mi único deseo es matar;
Y sé que el comisario
No sospecharía de un pobre anciano,
Abstraído al estudio del derecho romano
Y la filosofía oriental.

Hoy va a correr la sangre en el balneario.

Etiquetas:

lunes, enero 29, 2007

Puta es poco

Ella está viendo una exposición en A Coruña. Allí ve al gaitero mayor del reino, del que digamos que cae prendada. Al día siguiente, tras el pacto establecido, él va a visitarla a Santiago de Compostela. Se encuentran en el hotel, discretamente. Pasa lo que tiene que pasar. Hablan sobre la nueva situación creada. Él le dice que lo eche, que cambie la cerradura, así el mal lobo ya no podrá entrar más en la casita, que recordemos que es suya y sólo suya. No debes olvidarlo nunca. El mes de agosto avanza incansable. Como las gaitas en la plaza mayor. Hay un no sé qué que se halla por ventura. Un carraspeo en el concierto. Una trompeta que anuncia la tormenta de verano. Ella regresa, permanece silenciosa, él sigue dentro de su mundo propio. A los dos días, ella, avergonzada por el silencio, o simplemente angustiada por lo mal que se porta, decide romperlo, romper las barreras, contar apenas lo que ha vivido a mil kilómetros. Él ni se inmuta, porque de alguna manera no puede creerla. No puede ser, y en todo caso, sería una débil venganza. Y sigue a lo suyo. Ella se va a dormir a la habitación pequeña, en donde amontona todos los trastos de forma desordenada, a su modo argentino. La habitación de pistacho es para él, eso no puede quitárselo. Ella está tramando algo en el submundo en que vive, presa de las imágenes más ardientes. Él sigue en su mundo virtual, ignorante de lo que se avecina. Está en un sitio que se llama Inicia, y es para gente no precisamente virgen. Ahí se habla de sexo, pero más que nada de cine y de libros, ese aburrimiento. Ella toca la flauta en su insomnio lujurioso. Él se rasca la barriga y quiere su comida a la hora en punto, también los gatos reclaman su festín diario. En la tele siguen los incendios. Al cuarto día ella quiere ser sodomizada, tal vez como despedida. Hay un olor intenso a lejía, amoníaco, una peste insoportable. Ella viaja al pueblo de las miserias ambulantes, trae mala nueva: un mendigo, amigo de él, ha sido asesinado, François se llamaba. Él casi no se lo cree, luego la mira a la cara, es el consuelo de los tontos, saber que hay alguien más desgraciado en este momento, François no pudo soportar otro verano, ya eran catorce en la puta calle. Él se acuesta en la tarde y no puede dormir. El calor y los malos recuerdos, como un cadáver en la cuneta. Ahora duerme mi niña. Ella se va al otro cuarto para ser manipulada soberanamente por el gaitero en la cloaca de su habitación. El tipo sabe tocar muy bien todos los agujeros, aunque algunos estén llenos de mierda. Ella exhibe un supremo goce. En el campo estrellado, ella es la reina. Hay marisco y vino blanco, el ribeiro sacro. El mar está agitado ahora que sopla el viento por donde le place. Al quinto día él está ya en el pueblo, expulsado del purgatorio. Ella le hizo una comida liviana, para el duro viaje, en la mesa de la cocina fue el banquete final. Ella le acompaña cuesta abajo hasta la parada del autobús, para asegurarse que no vuelve. Cuando lo ve irse tras la curva, llama a la amiga, van a tener trabajo el fin de semana. La cerradura está lista el lunes a primera hora. Aunque estos señores no son nada baratos, eso no importa, si el cabrito ya no vuelve. Él, desgraciado, vuelve el miércoles, o es sábado, ya nadie sabe, es la hora de comer, es la mala hora. Ahora ella está en la puerta, ya no hay posibilidad de entrada. Ahora viene mi desgracia absoluta. Cuando bajan la cuesta, ella le dice que él le hará una visita en breve, tal vez en octubre mismo, luego le dice que es una broma. El quince de octubre él viene, tienen su orgía, que han planeado minuciosamente. Ella toca la flauta, él la gaita marinera. Las meigas están sueltas, ella la primera sale del aquelarre entusiasmada. Por la chimenea, el camino real, se va a los montes del éxtasis. Hay un culo fétido, eso no importa, lo que importa es que la niña se quede embarazada, aunque sea ya una puta vieja, eso no importa, hay que recuperar el tiempo perdido aunque sea contra natura, como ha hecho esa de Cádiz, el dinero todo lo compra y todo lo mancilla. La bruja y el gaitero tienen sus bodas alquímicas bajo los auspicios de Maese Froilán.

Etiquetas:

viernes, enero 26, 2007

Lo más salvaje (III)

Los días torcidos, las noches frías, los despertares letárgicos. Y al final de ese sueño aparece un corte de carretera y de repente un joven con pendientes y rostro agresivo se coloca en primer plano y no deja pasar al coche que viene, y luego son más jóvenes, con rostros parecidos, los que vienen y se detienen ahí en mitad de la carretera, es de noche y en la oscuridad no se ve mucho, pero creo notar que hay una pancarta que dice ASKATU!, y por aquel lado se quiere colar una furgoneta y de hecho pasa al otro lado, como si la gente que forma barrera fuera sólo una sombra fantasma, pero un chaval coge una piedra enorme que no sé de dónde ha podido salir y la lanza, y el cristal trasero de la furgoneta queda totalmente destrozado, y vienen más agitadores con más pancartas y entonces despierto. Pero no acaba ahí la cosa, en la mañana voy por la cuneta pero del lado que hay acera y del lado de enfrente veo un precioso gato rubio que está con la cabeza apenas tocando la línea peligrosa, la de belleza, de su boca sale apenas un hilo de sangre, el vómito de las noches de invierno. Y sigo mi camino, porque el frío es peligroso también si te detienes, y me digo qué salvaje en la ciudad salvaje, ella es violada y el otro no tiene mejor ocurrencia que poner vibráfono, celesta y viola. Morton Feldman y su String Quartet de 1979, casi ochenta minutos, no puedes esperar otra cosa en este tiempo frío. O modelos en un campo cromático. Haz de notar el cambio. Las cuerdas mudas, eso es algo. No se nota ahora, pero hacia el cincuenta y cuatro se repite por vigésima vez el modelo, pero esta vez parece que la ferocidad es un poco menos salvaje. El gato está muerto, ¿verdad?, eso parece. Nunca te fíes de las apariencias.

No sé si ya no hay presos políticos, hasta no hace mucho los hubo, los objetores de conciencia que se negaban a someterse. No sé si esta gente no desea en realidad la cadena perpetua. No lo sé, de verdad que no lo sé, todo es muy complejo. Somos simples y complejos a la vez. Nos renovamos cada cierto tiempo, digamos siete años. Nos reencarnamos en nosotros mismos. La identidad es algo que fluye de manera constante, sin darnos cuenta. Ese que te mira desde el espejo ya no eres tú, pero haces como que sí. De verdad, yo no sé si esta gente no desea en realidad la vuelta de la pena de muerte. De nuevo una pancarta, esta vez en un barrio antiguo, esta vez en Donostia: ASKATU!

Cuando en la ciudad sólo quedan cuatro gatos y un saco en donde meter la leña, los troncos para la chimenea, yo soy aquél que estuvo en Bosnia, o tal vez era mi primo el hijo del picoleto que sólo sabía fumar porros allí en la playa de Huelin, las fotos que su madre tenía nada más entrabas, el uniforme de marina, el otro de sargento, el Ejército Español bien alto, entonces tuvo una mala racha y quiso saltar desde el piso en donde se fumaba, pero sólo hubo un accidente y los mandos dijeron que había que ponerlo en tratamiento, fue sólo una temporada, luego con los años mejoró y ya no fumaba porros, estaba curado y fue a ese concierto en donde la catalana decía Ha llovido todo el tiempo. Me dio un poco de pena, verlo así tan animado, en realidad lo que deseaba era aplastarle la cabeza, su sucia cabeza de hijo de picoleto, cortársela como hacían en mi pueblo con las cabezas de los franquistas, de un buen tajo le cortaban la cabeza al franquista de mierda y veían cómo las manos y los pies se movían un ratillo todavía, los reflejos se supone, y la cabeza con su manantial hermoso, ahora estos santos quemados irán a parar al Playazo, que es una playa salvaje.

Hoy me siento rabioso por nada, extraño en mitad del desierto y el frío de enero mes maldito en que nací, o vine al mundo salvaje, aire acondicionado, vida condicionada por los jueces, me acuerdo de una canción que sonaba salvaje en mi puerca juventud

LA JUSTICIA

La justicia, la justicia, el orden y la ley...

¿Por qué vuestra ley necesita estar escrita?
¿Por qué obligais a no discutirla?
¿Por qué, por qué justicia, orden y ley?
¿Por qué, por qué justicia, orden y ley?

¿Por qué vuestra justicia necesita de la ley?
¿Por qué no sois capaces de convencer?
¿Por qué, por qué justicia, orden y ley?
¿Por qué, por qué justicia, orden y ley?

¿Por qué vuestro orden necesita de la fuerza?
¿Por qué golpeais y destrozais cuerpos y mentes?

Justicia, orden y ley
Justicia, orden y ley... ¡vaya pastel!
--------------------

Una sociedad asentada sobre el miedo.

Etiquetas:

jueves, enero 25, 2007

Lo más salvaje (II)

Y escucho los diecisiete minutos que dura Sister Ray de la Velvet, que es un grupo que al parecer en 1967 no sabía tocar, y siento que alguien en mi cabeza protesta contra tanto ruido de estos músicos drogados, y en la ventana ya no hay pájaros porque comieron y salieron volando. El disco sale volando también y regresa después de todos los chirridos y es el año 2007 han pasado cuarenta años pero la raya sigue en la cabeza y el corazón caliente y la viola eléctrica y el órgano de John Cale y todos los polvos espaciales y alguien me dice que esto no puede ser, pero le replico que peor es lo rayante de Elliott Carter y su cuarteto para flauta, oboe, violoncello y clave, que es de 1953 y no tienen orden ni desorden y todo huele mal y la noche se cierra sobre la incertidumbre si el estado de bienestar será partidario de la vida o de la venganza. Y en el escritorio descansa el libro con poemas de Carlos Marzal, que tiene algunos poemas memorables y otros que no me gustan tanto y abomino de la etiqueta poesía de la experiencia, y esto sí que es una experiencia, echados aquí, estos idiotas que están hasta más de la medianoche en La 2, y cuando tú te acuestas siempre hay alguien que vela, esos monstruos que nunca mueren. Y decirte esto no sirve de nada ya lo sé, pero hay algo aquí que va mal, es cierto que sin fe y sin una cierta alegría no se puede publicar nada, y eso es algo que el tiempo se lleva, eso de geografías de la mente es algo borroso, y luego la guitarra por fin cesa, el martilleo, todo sucio por el estudio que es una pocilga hay botellas de vino y alguna vela y dientes caídos, las cunetas llenas de gatos muertos por los automovilistas asesinos, en la noche entrada, con el frío en los huesos, con una última copa para llenar el vacío de existir.

Etiquetas:

martes, enero 23, 2007

Asociación de malhechores

En la tarde de todos los fríos me levanto de la cama y descubro que los pájaros ya se han comido casi todo, el hambre es mala consejera y hace decir sandeces la mayoría de las veces pero otras es mejor quedarse en casa. Y en la radio de casa la tarde la tenemos con Cristina que está con sus tertulianos hablando de la mala política de Zapatero y de cómo estos okupas nos quitarán nuestras casitas hermosas que guardamos para nuestros hijos en un futuro, y una concejala o una ministra se declara antisistema y eso es muyyy incoherente y resulta que también estos hombres suyos están siendo detenidos y pobres los del PP, que ahora sufren la persecución, y los que tienen que estar en la cárcel están fuera aunque en busca y captura internacional, y lo de Alcorcón no es un problema de racismo ni de bandas, esto surgió el pasado fin de semana por una pelea entre dos parejas de novios, son cosas que pasan, pero los políticos madrileños viven todos en el zona norte, allí es mejor y se tienen mejores vistas de la sierra, mientras abajo los chicos la arman, mándate a tí mismo todos los mensajes de móvil y dime si ves algo al final del túnel.

Y en la revista Quo no hablan de otra cosa que de sexo, y en otra dicen que lo que se lleva de tendencia en decoración es el crossing, y lo que mola no es el viaje a las estrellas sino ir a la playa, para eso fuimos diseñados. Y cuando las estrellas giran y los limoneros lanzan su perfume y se yergue el laurel y el mirto su perfume extiende es hora de primavera. Y en cada rincón hay una vecinita que nos quiere ofrecer sexo y dice "úsame" con el texto en diminutivo.

Me quedo en casa a pesar del frío y que me gusta rondar de noche junto a los vigilantes solitarios en busca de alguna captura, la prosa borrosa de algunos escritores hispanos, la caza del latino, la joya de los whiskeys se llama Macallan y está envejecido a traición, y en la radio ya no es escucha más que un ruido blanco o un concierto para violín de Vivaldi.

Y en el tocadiscos que tendré que cambiar suena la Velvet Underground, ese calor blanco, esa luz cegadora.

Etiquetas:

lunes, enero 22, 2007

Lo más salvaje

22.00 Música de nadie
Cuando el limite imita el limite (1)
DOWLAND: Washingham (0’38”). E. Karamazov (laúd). DOWLAND: Can she excuse my wrongs (2’36”); Right honorable (0’40”); Flow my tears (4’42”). Sting (voz), E. Karamazov (laúd). JOHNSON: Have you seen the bright lily grow (2’35”). Sting (voz) E. Karamazov (laúd). DOWLAND: Then in time passing on (0’32”). Sting (voz). DOWLAND: The Battle Galliard. E. Karamazov (laúd). SCHUMANN / CAINE: Wenn Ich in Deine Augen seh’ (1’57”). M. Takahashi, M. Ledford (voz). Uri Caine Ensemble. SCHUMANN: Cuarteto para piano, Op. 47 (Andante) (6’13”). La Gaia Scienza. SCHUMANN / CAINE: Ich will meine Seele Tauchen (4’17”). M. Takahashi, M. Ledford (voz). Uri Caine Ensemble. MAHLER / CAINE: Des Knaben Wunderhorn: Der Tambourg’sell (5’45”). A. Bensousan (cantor), Uri Caine Ensemble. VERDI / YASUDA: Camera da letto di Violetta (3’53”); Fantasy after La Traviata (3’21”). F. Yasuda (p.). PUCCINI / KIKUCHI: Experiencing Tosca: Prologue (1’12”); Blues for Tosca (5’18”). Tetehered Moon. BOLLANI: Improvisación sobre un tema del Andante Assai del Primer Concierto para piano de Prokofiev (5’27”). S. Bollani (p.).
-------------------------------------

En la noche no hay fronteras, de repente me abismo y me quedo traspuesto, ya no sé si por el alprazolam que me tomé antes o debido a esta música que arrasa con todo lo que uno esperaba, la cosa es que en el móvil dice que quedan seis minutos para las once y ya no puedo mover las piernas, no puedo caminar, de repente hay un vacío por el que vamos a caer todos. Y antes un poco cuando oscurecía y el cielo se llenaba de malos presagios sonaba Kodály con su música de cámara tocada por Kliegel y Jandó, el violoncello y el piano de una música que también se escora y se hunde, los niños señalan la luna, la luna de Valencia. Y en las noticias de algunas cadenas las imágenes irreales (como aquellas verdosas de la primera Guerra del Golfo) de lo que pasó anoche en Alcorcón City, no muy diferente ya de cualquier ciudad de Colombia o El Salvador. Y es mejor que me baje aunque aquí se está calentito con las brasas de la chimenea, y los viejos me dan asco porque quieren sobrevivir a toda costa y hacer las cosas que hacemos los más jóvenes, y vamos hacia ellos, quiero decir que seremos cada vez más llenos de viejos y hablaremos peor y usando los modos viejos, y encima los jóvenes lo llenarán todo con sus ruidos, y esto es el desastre. Pero no me importa porque me voy al País de los Sueños y allí me quedo dormido, el Alprazolam es mi mejor amigo, y si no me pongo algo de Takemitsu que es la próxima semana, y si me quiero despertar y patear esos escombros de viejos que se me pegan como la lapa, pongo en el tocadiscos (ya me está haciendo falta uno nuevo) Sister Ray de la Velvet, y escupiré sobre sus tumbas.



Ahora voy a salir a la calle, cuando bajo la cuesta me encuentro con una rata muerta que es el desecho que queda cuando estos viejos la palman.

Yo no sé qué voy a hacer. El mundo está lleno de viejos egoístas que se preocupan sólo de los perros que viven mejor que las personas, en el mercadillo de los domingos hay viejos y perros, y lo mejor de mi vida yace en ese cine lleno de papeles pegados y de metal oxidado y de suciedad. La grasa de las capitales no se banca más.

Etiquetas:

viernes, enero 19, 2007

Confesión

Yo he vivido mi verdadera vida en el cine Victoria.

Etiquetas:

jueves, enero 18, 2007

Desconocido

¡Cómo!, que ese tipo, ese jovenzuelo que aquel domingo se encontró con aquella tipa, un poco mayor que él, a la que había conocido hacía muy poco, y fueron por el camino de acantilados entre una fina lluvia que no mojaba y se iban besando, y todo lo que pasó después, los largos años de peregrinaje, que ese joven, digo, tenga algo que ver conmigo, ¡eso es totalmente irreal!

Aquel viaje, aquella intuición de que eso no iba a poder durar, aquella mañana tranquila mientras todos estaban en sus puestos de trabajo, por calle Portugal, eso tal vez le pasó a otro.

Que alguna vez yo me juntara con aquellos mierdas que estaban todo el día con los porros y el heavy, con toda esa desidia, las pelis gore y los sueños de libertinaje, ¡todo mentira!

No tengo nada que ver con aquel que una tarde se clavó una espina de algún cactus horrible que hay por estos pagos, y que le llevó justo tres meses que el pincho saliera de nuevo a la superficie, mucha agua caliente con sal en una palangana por las noches, cuidados de la bruja, como aquella vez que te pusiste con gripe y ella te cuidó como una madre, y fue el más dulce de los reposos...

¿Qué me dices de aquel niño que iba saltando por los charcos y que leía el senda de lectura echado en la cama familiar rodeado de apestosos gatos, y volvía a las mismas historias una y otra vez...?

Yo no he sido nunca aquel chaval tímido, demasiado para este mundo y esta tierra andaluza tan extrovertida, que por el colegio iba desapareciendo detrás de muros y detrás de libros y de respuestas de libro, y que en vacaciones se iba adonde siempre, nunca a la playa y otros lugares comunes, y que no quería hacer la primera comunión, y que miraba el mundo como una vasta extensión de tierra quemada. Yo no.

Tal vez, me dicen, estuviste ocho años en el infierno, como aprendizaje para el auténtico, cuando toque, preparación para el largo letargo del que ya no se sale, el infierno tan temido. Y allí fuiste feliz a ratos, y escapaste en algún momento a las tierras más fértiles de Wendilandia, y aprendiste a caer en lugar de volar, y ella te echó los brazos al cuello y dijo "ese pelo está muy largo, será mejor que te lo corte yo misma", y así se hizo, aquella mañana después de hacer el amor, lavar el pelo que también es un acto de amor, y fue así que tuvo lugar la transformación, y que todo pasó a otro capítulo.

Y estuviste más de un año en el infierno, casi dos, la depresión la llaman los médicos, pero se trata de la misma ruina que ya vivió Rimbaud y Nerval y tantos otros. Y allí pasaron drogas, gente tatuada en busca y captura internacional, Babel mi querida puta, qué has hecho de mí, y estaba Tomás el polaco que estaba con la mujer y los dos niños, y no podía entender que hubieras cortado con la puta de los ocho años, él nunca lo haría, y Stefan se reía con una botella de ron en la mano, y vio Satán que era bueno.

Tomás se fue a un pueblaco de Salamanca a trabajar en una fábrica de cerdos; y Stefan pasó por Amsterdam con la mala yerba; y Alois se perdió detrás de una puta llamada Austria o Almuñécar; y Snoopy dijo que tenía un tumor cerebral y mandó una postal desde Egipto, una pirámide me saluda harta de ron; y mi hermana está harta de mis vómitos; y el gato es un bicho malo; y la amiga de la puta de los ocho años no me quiere dar las cosas que son mías y están en el maletero del coche, y se lo digo, "dámelo, puta".

Y celebro mi treinta cumpleaños sin nada que decir, y me siento a punto de reventar, y lo hago un par de semanas después.

Yo no he sido ninguno de esos fantoches, yo no soy el que aparece al otro lado del espejo.

¿Quién es el que me sale al paso y me pide la documentación y me muestra las encías y me manda el catálogo por correo en donde hay una larga lista de señoritas que quieren conocerme? ¿Quién es el que tiene toda la cara llena de granos y alguna cicatriz y escucha sólo música de perros? Yo voy a un concierto de música barroca, ceno en casa, no bebo los fines de semana ni celebro fiestas, ¡y tampoco sé jugar al ajedrez!

Debe de haber alguna equivocación, señorita, yo no he pedido ningún aparato de mp3, oiga, usted disculpe. Yo no tengo problemas con los contestadores automáticos. Yo, que soñé con especies eternas. Yo, que fundé todos mis deseos bajo especies de eternidad, veo alejarse mi sombra al sol en julio...

No, no puede ser, yo no estoy en ese coche de segundamano, besándome con Wen, ni voy a su casa en la próxima cita para terminar lo que quedó pendiente; ni, un año después, se hace amigo de una chica de Córdoba, Argentina, que es fotógrafa, de cuyo nombre no quiero acordarme, por pura debilidad. Y vamos a ver un par de películas y soñamos con ver otras y la seducción sigue aunque ella esté enamorada de su director de tesis, ese chuloputas, no me importa, la piel tan blanca y el acento de aquí, la minifalda, la sinrazón...

Etiquetas:

miércoles, enero 17, 2007

Ni sexo ni música

No sé por qué son las voces del pasado las que se quedan, las voces de gente como Leonard Cohen, o Brel, o Nacho Vega, la chica de ayer es también el horror que apesta.

No sé bien qué haces aquí, esperando un autobús que nunca llegará, el conductor sufrió un desvanecimiento y el autobús se empotró contra una casa y los niños se salvaron por una intuición de la madre, y ése fue un día peligroso.

No sé bien adónde llevarán los caminos, y si hay caminos despejados que no estén comidos por la mala hierba y abandonados al olvido.

De Santa Fe nunca regresamos, aquella mañana después de la mala noche ella condujo todo el camino en silencio hasta que no pudo soportar más el mío y espetó, qué me dices, yo le dije que no había pasado nada y entonces se enfureció, fue la primera vez que la vi de esa manera, ella que nunca se inmutaba, ella que padecía de anomia, de falta de expresividad. Y le dije que no me molestara, que no sacara conclusiones falsas, que sólo hubo sexo (malo), ella con el DIU y yo en mi fantasía de peli porno, ella con sus libracos saliendo de la pared y yo en Dakar con la moto averiada, el piloto me dice que entró mucha arena, es normal, me fijo en la placa del portal, ahora ese arquitecto ya ni existe y el otro que se pasea al lado de la gasolinera, el enano...

No, mira, le digo, no te calientes, lo que ha pasado no es nada, ya no vamos a vernos más, esto no significa nada, tú dijiste que no hablara a nadie de tí, oh, miserable cabrón, cómo pudiste hacerme esto a mí, y sigue conduciendo por la peligrosa carretera llena de curvas y apesta su asiento y cuando se baja en el instituto yo voy para casa y me ducho y me meto en la cama y duermo un sueño inquieto y me imagino que estoy en un desierto y que viene un grupo de mujeres que buscan marido y al final hay un feroz acto de canibalismo y sólo quedan huesos, y una melodía triste en el aire.

Ella me manda una carta, con su letra pésima que casi no se entiende, me dice que le devuelva el libro, es algo de Jung, como Psicología y Alquimia, pero yo estoy ya en otro universo, en otra vida, y todo eso me suena a chino, cuando me levanto de la cama y me voy y debajo del pino saco el pequeño volumen de pensamientos de Wittgenstein y el jardinero de ahí abajo se me queda mirando y me voy, pero ya no hay donde huir.

Y en el concierto de Telemann me siento vacío.

Y en el concierto de guitarra clásica me escapo a otro país que está en guerra y hay bombas que estallan y cadáveres.

Y ella me envía otra carta que me dice que le devuelva al libro prestado.

Y Jung es un brujo peligroso, como López Rega el de la Triple A, Alianza Anticomunista Argentina.

Y esta noche no puedo dormir sueño que estoy en el fondo de un pozo y una bocanada de aire caliente y un culo negro como el universo.

Etiquetas:

martes, enero 16, 2007

Esta noche tampoco hay sexo

Las películas nos llevan a otra parte, esta noche. Las mentirosas películas de Jarmusch, de Kaurismäki y de toda esa gente helada. Las películas por el camino de Santa Fe, Granada, mucha oscuridad y las calles son todas iguales. Los perros ladran por las esquinas. No hay un alma a quien preguntar. Perdidos. Carretera perdida. Ella no dice nada, sigue girando al azar, mientras la noche se desliza como un abanico roto. No hay nadie por las calles, es el mes de febrero y nadie llama a la puerta de atrás. En el parque de subida nos encontramos en mitad de la calzada al yonqui que pide auxilio, ella para el coche, quiere socorrerlo, él quiere algo más. No hay. Lo que no está, no se puede dar. El amor es dar lo que no se tiene. Lo que no se tiene, es lo que hay. Y en mitad de la acera una mujer sufre un tirón, en el hospital ella dice que no podremos salir hasta dentro de dos horas por lo menos, el tipo está con la metadona. Las malas películas. En Santa Fe, por esos carriles, de pueblo y de cine-club cerrado, en el periódico decía que daban la de Ozu, pero ahora es todo mentira y ese periódico es también falso. En este decorado, solos en la madrugada, ella se muestra fatigada, ya no podremos ir muy lejos, cuando la dirección se ha roto. Vamos a su casa a trompicones. Allí nos tomamos un té, un poleo para ella. Esa palabra, "poleo", me da grima. En la habitación de al lado se prepara el ritual. Yo dormiré en el colchón del suelo, no hay sexo esta noche. Ella huele mal, por tanto sudor, tanto cansancio. Me marea el mal olor. Los muelles crujen. Las paredes que tratan de imitar las casas árabes. Estamos en Salobreña, parte vieja, al lado del Ayuntamiento. No hay sexo esta noche. No hay dirección a casa. Vamos a Madrid, a la calle de Santa Isabel. Santa santa es la mujer del señor. De su habitación a la mía van ocho segundos. En el baño se desprende de todas las ventosas. La estudiante no tiene un pelo de joven, ya no es una colegiala, tiene un tatuaje en el omóplato derecho, y alrededor del culo todo rojo como de granitos, esas nalgas han sido apaleadas una y otra vez. Para disimular se pone coletas y le dice al tipo que la sacude, que le abre el culo agujero de pozo, que si quiere follarla otra vez. En la película, más adelante, el tipo que se corre en su boca le echa el billete sobre el pecho ya lleno de semen por el otro follador, y ella dice que faltan cien más, el tipo se ríe y su compinche se relame, buey harto bien se pace. Luego viene el capítulo de la negrita a la que no le gusta estudiar (no ya conjugar verbos, simplemente no quiere estudiar, sino hacer otras cosas, como chupar chupones). En la cuneta está tirada la hoja que dice PELÍCULA X, paso caminando al borde de mis fuerzas, esta noche tampoco hay sexo, el mal olor no se va, en esta calle los gatos dejan todo su perfume. Esta noche no llegamos. El coche encima se avería, tenemos que llevarlo a un taller sobre la marcha, es un poco alta la factura, estas cosas no son baratas y ella tiene que pagarlo todo, hemos visto El chico que gritó puta y hemos ido a comer un poco, pero no hay muchas ganas, Almuñécar es un sitio deprimente, aunque Motril no se queda atrás. Almería, qué me dices. El paraíso está más al norte.

Los libros están por todas partes, surgen de las paredes, son obras que quiero leer, luego ya no sé si las devolveré, no hay sexo y el que hay vale poco, en las películas está la oferta y el deseo atrapado por la cola, están la suciedad y las carreteras perdidas. Esta noche, deja que te diga, sólo hay un hedor a pasillo de hospicio, un aroma a todo lo que se fue y no volverá.

Etiquetas:

viernes, enero 12, 2007

Barbazul

La pequeña oficina de Correos. Me acerco a uno de los puestos de atención al público, es sólo para echar esta carta, oiga, ¿está bien de franqueo? Pero el tipo que está ahí detrás, más pequeño cada día y cada noche, es un viejo cartero que ahora ya no camina, lo conozco, es amigo de una que tal, por eso siempre quiere enterarse de mi actual vida y por qué abandoné la otra, si me iba tan bien, pero eso son apariencias que siempre engañan. Por qué dejaste a la otra mujer. Porque ahora tengo a otra. Y dónde metiste a la otra. En un viejo armario que huele a serrín. Y sabes dónde puedo encontrarla, me pregunta el de la gasolinera pues la vieja bruja le daba clases a sus hijos. Clases de la vieja música que amansa a las fieras. Pues no lo sé, la verdad, la enterré hace unos cuantos años. Ah, es verdad, lo había olvidado. En el armario, qué está sucediendo.

No es bueno ser tan curiosa. Porque ahora el viejo profesor de dibujo, que perdió al hijo en un desgraciado accidente que en realidad fue un suicidio porque el chaval estaba puesto hasta el culo de porros y demás pastillitas y se tiró al vacío... Ahora la vieja profesora de química que me enseñó a realizar todo tipo de bombas caseras, la vieja profesora de física con la que descubrí los placeres de la gravedad cero, ahora y en la hora de todas las desgracias, por favor fotos no, ahora vamos a esta otra sala en donde han puesto una exposición temporal de Rauschenberg, si te gusta te lo regalo, pero luego me lo devuelves. No, es mejor que no me pises los pasos.

De donde no se regresa, ahí vas a ir como te sigas portando mal. Su vieja cafetera, fue al suelo por mi falta de cuidado, ay qué desgracia, ya nunca más se compró otra porque en realidad quería que yo se la regalase, pues de eso nada. Yo no tomo café porque me sienta mal. Ahora seguro que está follando con el gaitero, cuando las trompas salen volando en dirección de la estrella polar. Hay una reunión de bandas de gaitas cerca del Palacio Real. Del Fillmore Bar sale una tipa que seguro que se dedica a llenar barriles de pólvora para hacerlos estallar. De la casa del señor sale una panda ebria de éxtasis. De mi casa no me salgo salvo en las horas más oscuras del día, cuchillo en mano, y sin conocer las intenciones. Ahora se rompió un cristal de la ventana del balcón de arriba. Yo no he sido, fue el sombrerero loco. Cartero, ven aquí, hace falta fumigar tu casa.

No, a la carta que va a Madrid no le falta nada, está todo perfecto, pero mañana ponle el céntimo que le falta, chaval. Y sus dedos están todos fichados por el FBI. Y la familia ha sido asesinada por ruidosa. La cafetera rota. Los gatos perdidos, pobre Lucio. El jazmín que cuidas con amor, ahora y en la hora de todas las fragancias. La rosa y el clavel, cierra las puertas y arde dentro.

No me preguntes más, porque así es la rosa. Voltaire también conoció alguna pena, cuando menos se lo esperaba. La fresa de Huelva. Los roscos caseros, el codillo, el tomillo del monte, la perra de Carmen, que era de Madrid, a veces íbamos a su casa, eso fue antes de la matanza, eso fue antes de que pintáramos Jose y yo las paredes de pistacho, sólo para joderla, la habitación principal de un amarillo patito, la otra de blanco en donde ella pensaba alojar a su familiaaaaaaaaaaa...

La curiosidad mató al gato. La piel se cae a tiras. Ejercicios para sacar la piel a tiras. Abdominales. Calle Etiopía. Ahí enfrente vive el famoso futbolista del Málaga. La noche que llegué todo empapado pero contento, de aquel concierto de guitarra en donde estaba la chica más guapa del mundo, y estaba con su padre, tan joven su ideal, ella, la que anunciaba a Wen, antes de la bendita irrupción del mes de mayo, el mes de las canciones en flor.

Secretos que permanecen escondidos.

Etiquetas:

Capote

Ví en DVD Truman Capote. Es una película sobre este famoso escritor. Las películas sobre escritores son aburridas (el mejor ejemplo es Iris, un coñazo). Lo mejor es la excelente caracterización de Philip Seymour Hoffman. La banda sonora tampoco está mal, así como la fotografía. Pero lo malo es que:

-- Ya existe A sangre fría, de Richard Brooks, en tremendo B/N, que pude ver en pantalla grande y me quedé alucinado.

--Poco después leí la obra de Capote y me encantó.

Por lo que esta película, que se detiene precisamente en esos seis años que le llevó a Capote escribir su obra novedosa de no ficción, sólo añade un poco de cotilleo a lo que ya sabíamos. Está bien esa especie de transferencia entre el escritor con pluma y el asesino Perry Smith. Pero por lo demás, es otra aburrida película sobre escritores.

El pobre Capote parece al final de la cinta muy trastornado por lo que vio, pues estuvo en el patíbulo en donde murieron sus dos hombres, pero nunca dejó de ser el hombre estético que dijo Kierkegaard (ayer alguien comentó su obra Diario de un seductor, en La Plaza de Beatriz Pecker). Para ser un hombre ético hay que convertirse en esposo. Los estetas son unos desesperados que suelen terminar en el suicidio. Capote acabó muriendo víctima de su alcoholismo. Qué tipos tan patéticos, estos narcisistas que tanto abundan en nuestra época que se mira al ombligo. Lo mejor es terminar siendo hombre religioso.

Ahí muy pocos llegan. Pero si no se llega, se vive una vida tan falsa...

Etiquetas:

jueves, enero 11, 2007

Confusión (III)

Las palabras se suceden en las ondas y una tras otras caen en el saco roto más allá del aire, que es ya negro. La unidad de los demócratas, España como octava potencia económica del mundo, el estado de bienestar, la calidad de vida ya no nos interesa tanto, lo que importa es la RIQUEZA, una zona verde, ¿qué es eso?, lo que importan son los traspasos de Ronaldo y Cassano y Beckham ya no renovará al final de esta temporada, Galatasaray, estoy harto de Pamuk, de cualquier cosa se harta uno con el tiempo, no hay diálogo con terroristas por eso no vamos a la manifestación de los ecuatorianos, la AVT tampoco irá faltaría más, Muebles Hermoso, la tregua no existe, no hay diálogo con asesinos, ellos no querían no querían, pero los del parking no supieron despejar la cosa y eso que tenían una hora, la película yace en el fondo del contenedor en donde Persia se la sigue chupando al tipo, pero el roscón de reyes ya no está, the King Is Alive y nosotras estamos muertas.

Marina Abramovich está ya en La Fábrica, la galería favorita de Madrid mientras en calle Génova siguen armando la división, España es una potencia mundial y los terroristas lo que tienen que hacer, la única opción correcta es entregar las armas, otros dicen que puede haber una rendición pactada y el ejemplo de Irlanda del Norte no nos sirve porque aquí nadie ha disentido, esos que no se enteran que vivimos en otros tiempos y ya nadie apoya el terrorismo ni siquiera los de izquierda más radical, al de Los Verdes de Frigiliana le pinchan las ruedas de la furgoneta porque es el único que se opone a la especulación en el pueblo, aquí o dices sí al Peso de la Ley o te aplastará, jajajájájá...

Ron Mueck descargará en el CAC sus muñecos gigantes mientras un guardia jurado es apuñalado hasta la muerte mientras descorchan una botella de vino tinto que vale 120 €, y una niña se cae desde el tercer piso y aterriza en el toldo de un bar cerca del hostal Acapulco, dulces playas de arenas blancas sin fin, y en la radio de nuevo están vomitando esa monserga de los señores que están destapando la guerra, la guerra encubierta de todos los lobos que se disfrazan de corderos en esa plaza llamada...

Y mientras, en lo más alto, se arman a tope y en plan gigante y las radios de los obreros escupen Amaral con su voz de cangrejo y yo me desvío para no pasar por la casa de la bruja porque tengo una orden de alejamiento y me dirijo hacia el Refugio del Burro en donde buscan paseantes para burros o perros, eso da igual, lo que importa es que usted se adapta, dice el psicólogo del grupo de zumbados, si usted babea y se adapta todo irá bien, A dog is for life, not just for Christmas, y al final de la calle me encontré de nuevo con la negra flor, Persia ahora se acomoda contra el respaldo del sofá y se prepara para el embate de las olas que le llegan muy profundo, vales menos que el peo una puta.

Que no que no y que no, no te lo cambio.

Pues que te den.

Etiquetas:

Confusión (III)

Las palabras se suceden en las ondas y una tras otras caen en el saco roto más allá del aire, que es ya negro. La unidad de los demócratas, España como octava potencia económica del mundo, el estado de bienestar, la calidad de vida ya no nos interesa tanto, lo que importa es la RIQUEZA, una zona verde, ¿qué es eso?, lo que importan son los traspasos de Ronaldo y Cassano y Beckham ya no renovará al final de esta temporada, Galatasaray, estoy harto de Pamuk, de cualquier cosa se harta uno con el tiempo, no hay diálogo con terroristas por eso no vamos a la manifestación de los ecuatorianos, la AVT tampoco irá faltaría más, Muebles Hermoso, la tregua no existe, no hay diálogo con asesinos, ellos no querían no querían, pero los del parking no supieron despejar la cosa y eso que tenían una hora, la película yace en el fondo del contenedor en donde Persia se la sigue chupando al tipo, pero el roscón de reyes ya no está, the King Is Alive y nosotras estamos muertas.

Marina Abramovich está ya en La Fábrica, la galería favorita de Madrid mientras en calle Génova siguen armando la división, España es una potencia mundial y los terroristas lo que tienen que hacer, la única opción correcta es entregar las armas, otros dicen que puede haber una rendición pactada y el ejemplo de Irlanda del Norte no nos sirve porque aquí nadie ha disentido, esos que no se enteran que vivimos en otros tiempos y ya nadie apoya el terrorismo ni siquiera los de izquierda más radical, al de Los Verdes de Frigiliana le pinchan las ruedas de la furgoneta porque es el único que se opone a la especulación en el pueblo, aquí o dices sí al Peso de la Ley o te aplastará, jajajájájá...

Ron Mueck descargará en el CAC sus muñecos gigantes mientras un guardia jurado es apuñalado hasta la muerte mientras descorchan una botella de vino tinto que vale 120 €, y una niña se cae desde el tercer piso y aterriza en el toldo de un bar cerca del hostal Acapulco, dulces playas de arenas blancas sin fin, y en la radio de nuevo están vomitando esa monserga de los señores que están destapando la guerra, la guerra encubierta del todos los lobos que se disfrazan de corderos en esa plaza llamada...

Y mientras, en lo más alto, se arman a tope y en plan gigante y las radios de los obreros escupe Amaral con su voz de cangrejo y yo me desvío para no pasar por la casa de la bruja porque tengo una orden de alejamiento y me dirijo hacia el Refugio del Burro en donde buscan paseantes para burros o perros, eso da igual, lo que importa es que usted se adapta, dice el psicólogo del grupo de zumbados, si usted babea y se adapta todo irá bien, A dog is for life, not just for Christmas, y al final de la calle me encontré de nuevo con la negra flor, Persia ahora se acomoda contra el respaldo del sofá y se prepara para el embate de las olas que le llegan muy profundo, vales menos que el peo una puta.

Que no que no y que no, no te lo cambio.

Pues que te den.

Etiquetas:

miércoles, enero 10, 2007

Confusión (II)

Lo que al principio es sólo una isla, luego poco a poco se convierte en península, por donde el tedio pasa y se convierte en agua sucia y luego brota el manantial no precisamente cristalino y deriva en un continente manchado, reseco, la insoportable levedad del aburrimiento. Sólo palabras que ya nada significan, como unidad, terrorismo, consenso, pacto, libertades, ruptura, los aquí firmantes, los aquí rechazantes, los que van a la manifestación, los que se abstienen, la rueda de conversaciones, diálogo rechazado, más policía y menos diversión, Kortatu, Morrissey se presentará en Eurovisión, alguien irá a la Antártida, el cambio climático, customizar, esto no se dice, obras completas de Cortázar, la niña baila con el hula-hop, Lara López, la noche que no se acaba nunca, Madrid no se acaba nunca, Lukas, un hombre sentado en una silla, mi padre en la cama, Fofó, la noche de los cristales rotos, C. Thielemann, Hitler es un bajito idiota pervertido, oh mi Hitler, Daniel Levy, Rocky Balboa, pollas en vinagre, te cambio esta peli porno por un roscón de Reyes, árboles tirados a la basura desde el día 8 de enero, abetos, luces de navidad, el pescado podrido, el atún rojo que los marroquíes capturan con redes de deriva que están prohibidas, un pesticida de los pimientos, la jubilación anticipada, Cecilia X...

Hay algo aquí que va mal, ya sé que a tí te da igual, pero hay algo aquí que va mal.

El pacto por las libertades y contra el terrorismo.

La tregua no está rota, el alto el fuego sigue vigente.

Peter Sloterdijk.

Te cambio una bolsa de canicas por una peli porno con viejas.

No.

Pues vale.

¿Dónde está Wendy?

No lo sé.

¿Por qué metes los calzoncillos en el armario encima de los zapatos?

Porque me da la gana.

El perro ha ensuciado la alfombra.

Los fascistas van en todoterreno.

Las estudiantes de oposiciones son muy seductoras, igual que las miopes.

Ya no hay futuro.

Mi vida en rosa ya pasó.

Jacques Brel se desgañita en la Sala Olympia de París, eran los años bohemios, eran los tiempos del amor feliz.

Duke Ellington y Ella Fitzgerald, Boris Vian, el semen de los días.

Te lo cambio.

No.

Etiquetas:

lunes, enero 08, 2007

Confusión




En la noche llega el misterio la música misteriosa una voz en el silencio del páramo de la noche es Mark Rothko el que pone la capilla que en realidad no tendría que ser porque él no era creyente pero lo que importa es que estemos atentos y el océano se subirá a la cabeza y luego Morrissey dice oh Madre puedo sentir que el sol se me cae encima y luego quiere que lo saquen fuera a las calles y ver gente y el ruido ambiente y no volver a su casa porque no es su casa, es de ellos, la maldita casa siempre fue suya y cuando llegó el momento cambió la cerradura y ya no te dejó entrar y tú que creías que esto duraría siempre pero ya entonces 1996 o así, intuiste que la cosa se acabaría un día, como se acaban los llantos del niño y vuelve la paz.

Y de repente te sobresaltas porque la puerta, que estaba cerrada, se abre, y preguntas con voz nerviosa quién es, y resulta ser el perro, Fofó, que se ha quedado solo en su cuarto y nadie quiere estar solo, es sólo una investigación de rutina, qué bien suena esto, oye, Morton Feldman toda la noche hasta el infinito, silencio, ahora es un hueso, un piano, música que parece china y que invita a la vida casi eterna de las tortugas. Ahora abres el correo, lees lo que te han escrito la gente que no conoces pero que en algún rincón del mundo están también pensando en todo esto del final. Y de repente el perro se marcha y te quedas solo y te sientes abandonado, y en el rincón más secreto hay una mancha que se va extendiendo, y a esto se le llama corrosión.

No hay tiempo cuando sueñas y sientes que el mar se eleva y sólo es preciso saber una cosa, que hay unas mujeres más grandes que otras.

Ya no hay tiempo, la vida se escurre como el agua, los pájaros vienen a la ventana esperando un poco de comida, pero ya es demasiado tarde para todo esto, te aburres, en los largos fines de semana de invierno, te aburres porque todo está ordenado y no hay nadie que escuche y en la radio está sólo la tribuna de fútbol, y la ópera también cansa.

Llegará el día en que ya todo dolor se esfume, que toda mancha deje de contar, que toda pelusa se hunda en el rincón de donde procede. Y un sonido vendrá de lo más profundo, siempre una espesura, siempre una señal de otra parte. Adónde vamos cuando ya no estamos, qué es de este cuerpo, se sabe que se descompone, los médicos hacen su trabajo, la tierra el suyo, hay animales muy pequeños y muy poderosos, y sientes rabia contra los viejos que se aferran a la vida y más contra los críos que corretean felices porque no saben nada de lo que se avecina, y si acaso, sólo te alegras por esos niños comidos de moscas que no duran más que un suspiro. La vida es cuestión de supervivencia, suerte, dinero...

Y te acuestas y piensas en un próximo concierto, otra cita secreta, sueñas con Wendy y lo que no pudo ser, en aquella habitación cochambrosa de hotel, ella quería, ella se escapó de casa, dispuesta a sexo efímero pero intenso, ella traicionera, maldita adicta al messenger...

Etiquetas:

viernes, enero 05, 2007

Oriente

(Tras una lectura de Orhan Pamuk)

(...)

De todas formas, a esa hora de la noche lo que apetece es recostarse tranquilamente en el diván, enchufarse el narguile y no pensar en nada, sentir que la mente traza su propio camino, cada vez más vagaroso. Luego los brazos ya no se sienten, el insidioso picor se ha esfumado, sólo hay una infinita escucha. En la alfombra colgada en la pared de enfrente aparece una serpiente enroscada, plateada, que poco a poco va desplegando las alas. El alrededor del cuadro es de un intenso color morado. Las manos están tatuadas de henna. Hay un olor fuerte a vainilla y coco, luego aparece una mujer desnuda portando una bandeja con vasos altos en donde el hielo se agita como una mala furcia. Es un mal whisky, le pido que me traiga el otro brebaje, el de moras y avellana, con sorpresa en la cumbre. Ella me trae, por error, la belladona del señor. Se trata de una jovencita de no más de quince años que consiste en mucha carne abierta como una flor de hibisco. Se echa a mi lado y calla, porque no está autorizada a hablar con extraños. El olor a limón se esparce por la habitación. Noto que el vello de sus axilas renace con fuerza. Hay un algo amargo en su mirada, como si acusara al mundo de su belleza fatal. Sus ropas han caído antes de tiempo, ropas blancas que compró en el bazar cheap and chic de Mogador. Ahora consiste sólo en su silencio. (...)

Toda la noche moviéndose, no hay manera de situar la pieza. La jovencita practica una felación con buena técnica, aunque para su gusto está un poco ensimismada y no mira a la cara, eso puede dañar el resultado final. Sus pechos son dos gotas de miel, su ombligo una flor de nieve, su sexo una herida paciente, una flor ensnangrentada, congelada en el borde. Es muy fácil hacerlo con ella, salta y corre colina abajo, grita como una posesa cuando todo su culo entra en juego y el ano es saboteado a placer. Pide con fuerza que no se acaben los empellones. Luego hay un segundo de a bordo que se suma al proyecto, ella maneja la boca igual que antes, pero esta vez ya no puede seguir recitando la tabla del ocho. Despacio, se va escurriendo el fluido rosa, como un atardecer de invierno, en mitad de los almohadones. Un enano ha saltado del espejo y empieza a masturbarse furiosamente. Al final, eyacula, un líquido verdoso que se esparce por los pechos lánguidos. Los otros dos siguen dale que te pego.

Etiquetas:

jueves, enero 04, 2007

Eterno retorno

Alois ha vuelto. Hace días que lo veo por aquí, parece mentira, el mundo es muy pequeño en realidad. Lo conocí en 2002, en aquel tiempo convulso, luego se marchó y parecía que ya no volvería más, pero lo volví a ver unos años después, puede que en 2005, aunque dice que en ese año no pasó por España. Estuvo en Portugal, en su Austria natal, en El Campello (Alicante), en Mallorca, en Almuñécar y en más lugares que ahora no recuerdo. Alois es un personaje de Samuel Beckett, al que él cita adecuadamente esta mañana, cuando me lo encuentro desayunando una ensalada de cosas que acaba de recoger de un contenedor. Dice que está pensando en escribir algo de teatro. Dice que si conozco a Beckett (que es su padre en realidad), y pone como ejemplo de obra perfecta Los días felices. Sí, claro, los días amarillos. Pienso en Oscar Wilde, pero él va más allá, en cosas básicas de aquí y ahora. Antes me ha preguntado por filósofos actuales, que ha estado hojeando en la biblioteca, no recuerda el nombre de un americano. Me pregunta que si hubo filósofos que pasaran hambre, le digo que Diógenes, que él no escribió nada, y en realidad, todo lo que sabemos es por boca de otros. Tampoco Sócrates escribió, digo, mientras miro su mugrienta libreta en donde anota vaya uno a saber qué cosas. Alois es de esa estirpe.

Por qué sólo consigue escribir sobre su fatal Austria natal, es algo que sé demasiado. Lo que pasó allí en el internado religioso, lo que me contó la otra vez, sus peleas con esa hermana terrible.

Me despido de él, aunque en realidad no tengo ganas, me gustaría seguir todo el tiempo aquí, y no paseando por ese mundo cruel. Me habla de que pasó mala noche, que tres cartones de vino no fueron suficiente para aplacar sus nervios y hacerlo caer en el sueño terrible alcohólico. Es que el alcohol provoca el efecto contrario, querido, estoy a punto de decirle. Pero no, mejor dejarlo con sus fantasías. Dice que está cabreado con su cuerpo, que cada vez va a peor (esto lo digo yo, mirándolo así deprisa y por encima). El olor que despide es casi insoportable al principio, luego te acostumbras.

Nada cambia. Han pasado casi cinco años, y aquí está, de vuelta.

Me da miedo juntarme con él de nuevo. Aquellos días no fueron buenos precisamente. Al dejarlo, hubo cambios en mi vida, como cuando uno se separa de una mala compañía, de una mala mujer.

Me pregunto por qué hay tantos pobres en Alemania.

Otra cosa más para la novela.

Etiquetas:

miércoles, enero 03, 2007

Sola en casa

Aquellos días de junio, hacia el final de junio, y primeros de julio, cuando el calor hacía ya estragos. Sus padres que no venían, preferían la casa del pueblo. A nosotros mejor. Ella decía, mientras se quedaba en bragas, y yo como si no importara, que ya iban a venir, que su padre se había comprado el abono para la feria, pero ellos no llegaban. Su hermana tampoco, su hermana pequeña, aquejada de una terrible enfermedad degenerativa. Mientras tanto, nos quedábamos solos en la cocina, mirando el techo, hablando, ella asomada a su eterna curiosidad. Me hacía preguntas que contestaba como por inercia, pero ya no podía concentrame en las respuestas, pues se había quedado en bragas y estaba venga moverse, mientras movía cacharros o cogía por enésima vez los apuntes, pero no estudiaba, hacía como si. La frívola, ¿damos un paseo en bicicleta? Estudiar era complicado, y más luego cuando vino la fiesta al lado de casa, y más luego, cuando los helados eran apetecibles. Nos íbamos a la habitación de al lado, yo me sentaba al borde de la cama, y hacía como que no le miraba las pecas, como que ella estaba bien vestida, pero no era posible.

Ya no era posible nada.

De vuelta a la cocina, ese día decidió hacer lentejas, qué rico, la comida de siempre, que ella había aprendido tan bien de su madre. Me habló de aquellas aventuras, cuando era una niña. Volvimos a hablar de Verano Azul. Y de vuelta a su cuarto, miré por octava vez el esqueleto que estaba pinchado en una de las paredes, y la miré a la cara y ví que tenía el rostro mojado y la entrepierna también, pero hice como que no pasaba nada, y me comentó como si nada que estábamos todo el día liados; pero el sexo sólo existía en su imaginación de frívola. Me dijo que me regalaría el telescopio para mirar las estrellas, y antes me había regalado la red para cazar mariposas, la misma con la que la había cazado a ella unas semanas antes (la red era en realidad para coger pececillos). Aquellos días no se terminaban nunca. Venga, estudia un poco, que es por tu bien. Ella no quería hacerlo hasta que pasara tiempo, hacerlo enseguida era cosa de fulanas, y ella..., era otra cosa. Existía sólo en su imaginación.

Enamorada del padre, era muy difícil.

Aquella noche interminable en el viejo balneario, las horas que pasamos contándonos nuestra infancia y juventud, todo eso ya no existía, era imposible.

Las pecas de sus hombros, cerca de su nariz, las pecas por todo el cuerpo. La piel deseable. Un contacto, un olor, sentarse a la mesa de la terraza entre tantos helechos y otras flores cuyo nombre no sabemos, los mosquitos, el sonido del mar cercano, cohetes, hay una risa, hay un gazpacho cordobés, o malagueño, da igual.

Cuando la noche llega, ella, se me echa al cuello, me pide que nos casemos en Venecia, mientras en la radio suena Javier Ruibal, al que escuché en directo ni hace tres meses, también a José Hierro lo escuché la noche antes de conocernos.

Nos forjamos la mitología de "nuestra primera noche".

Dormimos juntos, intranquilos, como los amantes nuevos que se saben pasajeros.

Hace ejercicios delante de mí, se abre de piernas, se ríe, se burla de mí, otro café, más papeles llenos de palabras médicas, hay que ir a esa guardia, ya no te quiero, la hermana ha llegado, pero ahora podemos estar a solas, no viene nadie, no me gustan los toros, hay que ser valientes, tú podrías ser una musa, no le gusta más que Antonio Gala, me da igual, si puedes quedarte una hora más, así, en bragas, descalza, por toda la casa ajena.

Etiquetas:

Hay algo

Voy a un concierto, pero ya está casi terminado y ni siquiera sé quién toca. De repente acaba y empieza otro seguido, sin apenas pausa ni para los espectadores, es que este auditorio está muy solicitado y como no hay otro... Este segundo es de una chica pianista de la que nadie ha oído hablar. Hay un momento divino en que, sentado yo en primera fila, consigo ver, ¡magnífico contrapicado!, un fragmento de su interior, sus gasas que se arrastran por sus piernas; ella no sólo toca con las manos, sino también con los dedos de un pie, esto lo puedo ver de forma súbita y consigo excitarme un poco. Ella es delgada, guapa, eso no se puede negar. Pero al final la gente sale casi corriendo, como si se le escapara el último metro. Me voy fijando, mientras bajo por la vertiginosa escalera, si hay algún programa de mano, para enterarme de quiénes han tocado, y qué. Pero lo que encuentro no parece corresponderse con lo de esta noche. Tal vez algo de Boulez, tal vez de Messiaen, o un Mozart. Al final aparecen más papeles de la cuenta, y me doy cuenta que, sin quererlo, he formado una pequeña colección. Ahora tengo hasta los programas de lo que vendrá. Hay un ciclo de cine, un Drácula se insinúa en una portada, eso da miedo. Hay un hombre al que le cuesta mucho bajar, se apoya en un amigo que le lleva casi todo el peso.

Hay algo aquí que asusta, tal vez esa fuente en el hueco de la escalera, con su sonido siseante, y ese gris verdoso que chorrea hasta la misma puerta de entrada.

Etiquetas: